martes, 30 de junio de 2009

La historia de las cosas

Es un pelín larga, pero vale la pena cada segundo que veas:

lunes, 29 de junio de 2009

La sombra del viento

Me gusta el señor Carlos Ruíz Zafón (en el sentido heterosexual de la expresión). Solo he leído dos libros de él (empezando el tercero), pero me ha conquistado. Siempre tiene buenas cosas que contar, y realmente La sombra del viento es lo mejor que he leído en muuucho tiempo. Si ya sé, dije eso mismo de Marina, pero es la verdad. Mientras Marina es un libro más directo y asequible, más dinámico, rápido y fácil de leer, La sombra del viento se oculta en una mayor complejidad, en más capas, en más niveles de lectura y conforman un libro mucho más completo y desafiante y desde mi punto de vista mejor.

El libro es sentimiento condensado, es intriga, misterio. Es sensibilidad humana, anhelos y odios, esperanzas y desilusiones, inocencia y brutalidad, sinceridad y mentiras. Cada personaje tiene su propio reflejo en otros personajes, la trama es en cierto modo circular, aunque va evolucionando y avanzando poco a poco. El libro es la historia de un libro que a su vez refleja la historia que rodea a ese libro. La trama va sobre una trama que se trama a si misma, que asimila y se construye alrededor de todas las tramas que se encuentra en su camino, trazando paralelismos entre ellas y líneas que se entrecruzan con elegancia. Es una historia de historias. Y cada historia es parte de una historia mayor que las engloba a todas. Y ahí está la magia del libro. Como libro puede ser lento, o meterse demasiado en detalles alejados de lo que es la trama principial, pero es que esos detalles son los que alimentan en verdad el libro. Cada pequeña historia es una pequeña joya, o una faceta de una joya aún mayor. Y luego está el componente del secreto y la mentira. Todos tienen algo que ocultar en mayor o menor medida, pero poco a poco van saliendo las verdades a las que nos vamos aferrando, creando un contexto en el que nuestro protagonista va creciendo y se va haciendo hombre, dejando atrás su ingenuidad y su juventud a base de golpes, persiguiendo su destino, sufriendo a cada paso.

Los personajes que dibuja con maestría Carlos Ruíz Zafón, tienen todos un carisma innegable, una personalidad marcada a fuego, una forma de ser que va forjando la personalidad del protagonista; la sombra del viento no es más que una aventura iniciática, un descubrir el mundo, una huída hacia adelante, dejando atrás la niñez y buscando siempre lo que le faltó en la vida, ese cariño de madre que solo encontraría más tarde en los brazos de una mujer que lo marcaría para siempre, pese a todos los esfuerzos de su padre por compensar esa falta y procurarle una vida lo más feliz posible. Ese padre humilde, comprensivo, y fuerte en su puesto, paciente, constante, ignorante de los líos en los que se ha metido su hijo, un hijo al que puede leerle el alma, pero no el pensamiento, y eso lo atosiga y lo llena de amargura porque no sabe qué esperar de él. El dilema de un padre que no puede hacer más que confiar en la buena educación que le ha dado. Su amigo de la infancia, sus primeros amores, sus fantasmas, sus miedos, y sobre todo la vida de Julian Carax, que termina haciendo suya del mismo modo que el libro "La sombra del viento" termina escribiendo su misma historia. Incluso la misma cuidad se mueve y se transforma, y juega con los personajes convirtiéndose a si misma en un personaje más.

Ángeles y demonios (que no la novela de Dan Brown) pululando por las calles, misterios, entresijos, pasado envuelto en brumas, señas de identidad que Carlos Ruíz Zafón imprime en sus novelas y que se dejan notar más que nunca en esta novela. Se nota que ha alcanzado una cierta madurez en su forma de escribir, y se nota que aún queda lo mejor por llegar. Aunque le cosatará mucho superar a La sombra del viento.

domingo, 28 de junio de 2009

Ladrones de tumbas (parte II)

Si te has perdido algo, aquí tienes la Parte I

Esta maldita selva es un infierno. A veces pienso que Samuel no estaba tan loco como parecía. Al menos sabía moverse por estos barrizales. Si estos ingenuos piensan que morirá solo están muy equivocados, puede que incluso nosotros con nuestras reservas para meses terminemos pasándolo peor que él. Que coño, ya lo estamos pasando mal. Y nunca debimos traer a Alfred, aquí no nos aporta nada. Si dejamos que se uniera a nosotros siempre fue por el miedo a que hiciera de las suyas mientras no estábamos al frente de nuestras empresas. Es capaz de desheredarnos el muy cabrón. Será el primero que mate en cuanto tenga una oportunidad... si no se lo lleva la fiebre esta. Lo más que me molesta es que me toque llevarlo a mi. Detesto a esta puta rata. Y encima los otros se disculpan diciendo que llevan mi mochila para que yo pueda llevarle a él. Asco me dan esos debiluchos. Les rompería el cuello ese tan acostumbrado a corbatitas de seda que se gastan sin demasiado esfuerzo. Además son unos falsos y no lo disimulan nada bien, que si me llevan la mochila es para quedarse con mis cosas si yo sufro algún accidente cargando a este bicho.

Y lo que odio más aún, que sean ellos los que carguen con mi rifle. Como si ellos supieran disparar a mi precioso. Suerte tenemos que solo haya tenido que cargarme un jaguar, en esta selva de mierda hemos podido morir decenas de veces si los muy cabrones estuvieran lo suficientemente desesperados. Lo que más me jode es el aire de suficiencia de Jack y el despiste crónico de Paul, uno pensando que es invulnerable y el otro con la cabeza en otra parte. Lo que me descojoné cuando Samuel y yo tuvimos que salvarle de aquella serpiente. Menos mal que solo intentó reventarle los huesos, que no es de las que envenenan. Para él tengo otros planes.

Pero por ahora me centraré en lo que toca, y es encontrar ese maldito templo. Si no fuera tan malditamente estúpido y me hubiera preparado esta expedición bien... no entiendo los galimatías de coordenadas y paparruchas que siempre están hablando el biólogo y el guaperas. Si fueran tan listos como dicen ya habríamos encontrado lo que buscamos. Es una pena que el único que sabía qué hacer y donde ir fuera ese maldito loco. Nunca me fie de él, pero hay que reconocer que el cabrón era bueno. Es ese tipo de personas que sacan fuerza de su odio. Porque está claro que nos odia. Solo Jack parecía tenerle aprecio, y eso enfurecía aún más a Samuel. Me hubiera divertido viendo como Samuel le cortaba el cuello a Jack, sería de lo más irónico... teniendo en cuenta que se lo salvó al menos dos veces. Un tío raro ese Samuel, aún no entiendo qué le habrá motivado a venir. No es por el dinero, como Jack, por el prestigio, como Paul, ni por las deudas como Alfred. Quizá es por venganza, como yo. Pero ya les iré dando a cada uno lo suyo, incluso a Sam; aunque en realidad no tengo nada contra él, pero ya que estamos en faena... tendré que eliminar a todos los testigos. Y los otros... pagarán caro lo que me hicieron... lo que me ha hecho cada uno y lo que han terminado haciendo entre todos; y encima me traen aquí, me dan todos los motivos, todas las excusas y todas las facilidades que necesito. Solo se me ha escapado esa sabandija de Samuel, pero no me dejará atrás durante mucho tiempo. Si le conozco lo suficiente vendrá tras nosotros. Nos volveremos a ver las caras.

Cierto es que nos hemos adentrado demasiado en la selva, no sabría como volver solo. Quizá por eso le propuse a Samuel lo de fugarnos juntos. Es demasiado listo, me vio venir de lejos. Hubiera sido para mi demasiado fácil dejarles sin provisiones o tenderles una trampa infantil y marcharme sin más. Quizá a Sam le permita vivir algo más si me saca de aquí, luego lo despacharé rapidamente. Ellos merecen un peor castigo, algo que los haga sufrir poco a poco. Me da rabia tener que necesitarlos. Podía habérmelos cargado desde el primer día, que total, ni un maldito blanco en esta maldita selva de mierda. Nadie se iba a enterar. Me hubiera pasado un par de meses de vacaciones, un régimen fuerte, llegar hecho un palillo a New York y hacerme la víctima. Más creíble que el hecho de ser el único superviviente en una selva inhóspita...

Sin embargo... me atrae lo del templo. Quizá sea por eso por lo que les he seguido tanto tiempo. Si la mitad de lo que cuentan es cierto... será una venganza aún más dulce cuando acaben saboreando algo que no puedan tocar pero que vean delante de sus ojos, o mejor aún, cuando se lo arrebate de sus manos sangrantes. Lo que más me jode es que este cabrón con el que cargo se muera enfermo y no poder hacerle yo una de las mías. A ver si el puñetero biólogo se aplica, joder....

sábado, 27 de junio de 2009

(la resaca xD)
































Para el cumple de Drenas pondré las de fotos de tíos xD
(por cierto... ¿cuándo cumples? :D)

viernes, 26 de junio de 2009

Felicidades Dani

Nada, ya tienes tu post "picantillo", estarás contento ¿no? :D


























jueves, 25 de junio de 2009

Be water my friend

El agua empezó a salir por la llave. Poco a poco rebosó por los bordes del recipiente y empezó a caer por todo el suelo. Se fue extendiendo hasta llenar todo el espacio posible de la habitación, mientras escapaba por debajo de la puerta. El agua curiosa se encontró con muchos lugares a los que ir. Sonriendo decidió ir a todos a la vez. Así, se extendió por la salita, por el pasillo, la cocina, el dormitorio y llegó hasta la sala. nunca había visto lugares tan hermosos, pero el agua se cansó rápido de verlos. Suelos duros y fríos, suposo que debían existir otros lugares diferentes. Como no podía subir por las escaleras a ver lo que había arriba (muy frustrante), decidió escaparse por el portón que lucía la fachada de la casa.

¡Oh! ¡maravilla!. Un mundo nuevo y apasionante. Rapidamente corrió bajando los pocos peldaños que la separaban de la acera que bordeaba el verde césped y la oscura tierra. El césped resultó ser bastante divertido. Las pequeñas hojas cortadas le hacían cosquillas y la dividían en pequeños rianchuelillos, aunque también se perdía mucho y se filtraba bajo el verdor. La tierra no le gustaba, porque la absorvía y se empapaba y la transformaba en barro, que la volvía lenta y pegajosa. La acerita era diferente. Se parecía al piso del edificio, pero a la vez era diferente. No podía correr del mismo modo, tenía formas que hacía que se fuera tropezando a cada rato. Sin embargo podía avanzar más y mejor que por el césped o la tierra. Y quería llegar al asfalto, que con ese color negro y su ligera rugosidad parecía interesante. También quería ver al perro del vecino, que estaba más allá de la valla. Nunca había mojado a un perro.

Tantos pensamientos ocupaban la mente del agua que no notó como cerraban el grifo. Empezó a notarse más débil. Ya no crecía más y más, no se podía extender. Aún así, reunió un último esfuerzo para llegar a la calle. Sin embargo no era tal su destino. El sol empezó a secarla allí donde su cantidad era ínfima hasta dejar pequeños charquitos solitarios. El agua sufría, ahora la tierra y el césped absorvían más que nunca, ahora que no podía saturarlos. Se decidía a no perder todo el espacio que había conquistado, pero cada vez se sentía con menos ímpetu. Hasta en la casa, donde no llegaba el sol, estaba empezando a recibir el ataque de la fregona. Seguía debatiéndose en un esfuerzo sin resultados, segura ahora de cual iba a ser su final. Poco a poco cada una de sus gotas se fue transformando, cada pequeño charco se fue alejando, el agua empezó a perder su identidad hasta dejar se ser. Poco a poco dejó de existir, como un dulce sueño que se acaba y donde solo queda la quietud y el silencio.

miércoles, 24 de junio de 2009

Pequeñas frases e imágenes altamente filosóficas (XXVIII)


Recordando el amor








Hablaré con cualquiera sobre cualquier cosa... ¡gratis!






-Tengo una pregunta
-dispara
-¿cuál es el significado de la vida?
...
-Esta es la mejor respuesta que he oído en todo el día.












NO perros
NO bicicletas
NO nadar










Salva el planeta
Mátate a ti mismo


Eres adorable...


Universo cerrado. Usar arcoiris.
(demasiado friki, el que lo pille que me avise)
(quizá Dani o Vicky, igual me sorprende algún otro...)


No...




Echado en la cama pensando en ti...


Medio lleno, medio vacío... ¡es solo un vaso de agua!


Más: I, II, III, IV, V, VI, VII, VIII, IX, X, XI, XII, XIII, XIV, XV, XVI, XVII, XVIII, XIX, XX, XXI, XXII, XXIII, XXIV, XXV, XXVI, XXVII.
 

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