El anciano profesor de matemáticas observa como Rebeca permanece impasible, como Raoul sonríe irónico y como los otros tres sabios le sermonean claramente indignados.
Ni siquiera presta atención a lo que dicen. Llega a plantearse invocar la suficiente energía mágica para dejarles atontados y hacerles callar por un rato... pero qué importa. Se siente más que viejo... se siente cansado.
Se sienta en una desvencijada silla de la arcana sala, y suspira. Rebeca se acerca a él.
-Esto no nos beneficia en nada.
-No.
Al final, Raoul habla en voz baja, callando por un momento a todos los presentes.
-Yo sólo sé que esta mierda de consejo ha pasado mucho tiempo alejado de aquellos a los que debe proteger... y no voy a perder el tiempo hablando mientras hay gente que está muriendo. Pasad buena noche...
Raoul sale de la sala dando un portazo.
El anciano profesor de matemáticas frunce el ceño y le hace una señal a Rebeca. Rebeca asiente con la cabeza y abandona también la sala.
Encuentra a Raoul en la calle, observando el cielo nocturno.
-Raoul, entre los sabios también hay quien simpatiza con tu postura. Podemos hacerles comprender...
-Nena, me importa poco quien simpatice conmigo y quien no. Si has salido detrás mía, es porque te atraigo. Yo lo sé y tú lo sabes. Así que no es necesario que te hagas la moñas, si quieres que mi cabeza esté entre tus piernas, sólo tienes que pedirlo.
-Como iba diciendo -comenta Rebeca a un sollozante Raoul que se encoge sobre sí mismo tras una soberbia patada marcial en los genitales-, estoy de acuerdo con que el Consejo de Sabios necesita un cambio profundo... tan profundo, que no hay tiempo para llevarlo a cabo antes de que los Jinetes despierten. Por muy chulo que quieras resultar, eres un líder y tienes las ideas claras... Y quiero que seas mi primer fichaje, Raoul. Hemos de abandonar las viejas costumbres. Necesitamos encontrar a los predestinados que formen parte de los nuevos Doce... antes de que lo hagan los Jinetes... o se cumpla la profecía del fin del mundo en unos pocos días. ¿Estás conmigo, Raoul?
Raoul masculla unos sonidos ininteligibles.
-Lo tomaré como un sí -sonrió Rebeca.
Continuará
sábado, 8 de diciembre de 2012
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