El anciano profesor de matemáticas le dedica una mirada llena de afecto. Aún así, Antonio R. Mata no cree una palabra.
-Entonces usted tiene poderes mágicos, el mundo se acaba, yo soy uno de los Doce Sabios que deben impedirlo y... esto es absurdo...
Antonio había visto como sus dos libertadores destruían un juzgado, le guiaban a través de la red de alcantarillado, acababan con un montón de lo que parecían ninjas y le llevaban hasta la casa de un supuesto mago. En la academia no le prepararon para esto...
Raoul, desnudo de cintura para abajo (sus queridas botas y sus pantalones estaban para tirar a la basura tras el periplo por las alcantarillas, y decía que había olvidado los calzones en un motel de mala muerte), tomó la palabra:
-No. Esto no es absurdo. Absurdo sería si lo que estamos viviendo surgiera de la mente calenturienta de dos frikis con demasiado tiempo libre por culpa de la crisis que estén escribiendo una novela a pachas en un puñetero blog, con dos o, en su caso, con cuatro manos, dependiendo de la vida social que lleven. Eso sí sería absurdo, porque tanta jodienda no cabe ni en treinta cerebros por muy frikis que sean. Lo que te estamos contando es real. Los Cuatro Jinetes del Apocalipsis existen. Tenemos que detenerlos o harán cumplir el pronóstico maya de los huevos. Y tú eres uno de los Doce Sabios elegidos para tal tarea, te guste o no.
-Ya... -Antonio se llevó las manos a la cabeza-. ¿Y por qué doce? ¿Por qué no trece o catorce?
-Doce meses, doce discípulos, doce... y yo qué sé -reconoció Raoul.
-Realmente es porque cuando se fundó la orden, nadie quiso ser el número trece porque daba mala suerte -explicó el anciano profesor de matemáticas con algo de azoramiento-. Y la tradición se mantuvo. Da igual... los Doce Sabios, poco a poco, van surgiendo.
En ese momento entró Rebeca en la sala.
-Acaban de descubrir un...
Rebeca se paró en seco al ver los bajos fondos de Raoul al descubierto. Se dio media vuelta mientras murmuraba:
-No me pagan lo bastante para toda esta m...
Continuará
domingo, 16 de diciembre de 2012
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
0 comentarios:
Publicar un comentario