Ah, la familia, elemento central e indispensable de la nochebuena... y de las películas que hoy nos toca tratar. La trilogía del padrino es una historia de redención familiar constantemente fallida, una historia de relevos generacionales, de venganzas personales, de logros y metas utópicas que nunca se logran conseguir del todo. Una historia de dolor, pasiones contrapuestas, violencia, de poder, vulnerabilidad, y miedo. La historia de cómo gente que teniendo en contra todo termina saliendo adelante en la vida, saliéndose con la suya pero siempre a un alto coste. No se puede llegar al éxito sin renunciar a nada, y sacar adelante a toda una familia resulta muchas veces más complicado. Celos, traiciones, adhesiones inquebrantables, sacrificios, cambios de lealtad y de intereses. La vida misma, acelerada y amplificada, enfocada de forma que podamos mirar de cerca al alma humana y la doble moral que impera en cualquier sociedad. Las excelentes actuaciones de todos y cada uno de los actores, muchas elevadas a lo más alto por todos como las de Marlon Brando y Al Pacino (aunque en la tercera flojea un poco) y otras más "olvidadas" pero con igual grado de genialidad como la de Robert de Niro, que consigue recrear la personalidad del padrino a partir de las vivencias de cuando era jóven hasta fundirlo con el calco del señor Brando cuando tiene que hacerlo.
Son películas duras, difíciles, largas y complejas, exasperantes y exhaustivas, llenas de detalles y de sutilezas que encandilarán a los cinéfilos y aturdirán a los que no lo son tanto, películas lentas y que se recrean en cosas aparentemente secundarias para componer escenas que definen las partes más esenciales de las películas mismas. La boda del comienzo de la primera parte, la escena de la primera comunión de Anthony en la segunda, la concesión de la medalla en la tercera, son ante todo una carta de presentación de los personajes principales y secundarios, sus actitudes, sus comportamientos, sus personalidades en suma, unos más definidos, otros esbozados. Y gran parte de las escenas están cortadas por el mismo patrón, cargadas de algo que va más allá de la simple recreación de costumbres y cultura tradicional. Las complejas interrelaciones entre miembros de las familias entre si y entre las demás, los intereses, las influencias, las vendetas, todo se une para dar lugar a tres grandes películas que es imprescindible ver al menos una vez. Mi nota: 9 lemmings
Son películas duras, difíciles, largas y complejas, exasperantes y exhaustivas, llenas de detalles y de sutilezas que encandilarán a los cinéfilos y aturdirán a los que no lo son tanto, películas lentas y que se recrean en cosas aparentemente secundarias para componer escenas que definen las partes más esenciales de las películas mismas. La boda del comienzo de la primera parte, la escena de la primera comunión de Anthony en la segunda, la concesión de la medalla en la tercera, son ante todo una carta de presentación de los personajes principales y secundarios, sus actitudes, sus comportamientos, sus personalidades en suma, unos más definidos, otros esbozados. Y gran parte de las escenas están cortadas por el mismo patrón, cargadas de algo que va más allá de la simple recreación de costumbres y cultura tradicional. Las complejas interrelaciones entre miembros de las familias entre si y entre las demás, los intereses, las influencias, las vendetas, todo se une para dar lugar a tres grandes películas que es imprescindible ver al menos una vez. Mi nota: 9 lemmings
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2 comentarios:
Sinceramente, menos mal que mi familia no está tan unida como la del "padrecito" jeje.
Feliz Navidad, guapísimo.
Un abrazo grande.
Muchas gracias, feliz navidad a ti también (aunque ya llegue tarde xD)
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