La guarida de la mujer de rojo ~ Pruébame blogger!

jueves, 12 de junio de 2008

La guarida de la mujer de rojo

Aquí llega la segunda parte del especial de esta semana, que como todos sabrán, ha sido escrito por Mamen con algo de colaboración mía (pongo esto porque si no Mamen se me enfada, que luego dice que si no me pongo, que si yo no hice nada y esas cosas, pero ella es la que se pegó el curro, más que en otras colaboraciones, y mira que no puedo sino postrarme a los pies de la gente que ha colaborado hasta ahora y darles las gracias -patas en el caso del loro, y en lugar de gracias cánticos y salmos de alabanza :P-). Para los que lean esto y no hayan leido esto otro: Investigando el incendio de la casa de la mujer de rojo, carta desde la carcel de un detective desesperado, ¡A por la fotógrafa misteriosa!, Amigos, enemigos, confidentes, aliados..., Y el loro puso las cosas en su sitio, Dilema sobre el secuestrador enmascarado, La venganza de la becaria y Detectivator II: el juicio final (primer round), Sueños calientes, sábanas ardientes y La mujer de rojo, el subconsciente y las vueltas que da la vida e Investigando entre la chamusquina y todavía estén interesados, ahí les quedan los enlaces de cada capítulo de este serial. Si, sé que es un queme, algún día de estos acabaremos :D.


Allí sentada de espaldas se apreciaba una silueta roja y una ondulada melena negra, envuelta en una nube de humo. Estaba fumando.

El primer instinto de la becaria fue salir corriendo, pero se lo pensó mejor. Quizá pudiese sacarle algo de información.

-Creo que no soy quien esperas- Y acto seguido la mujer de rojo se volvió.
-¿Qué haces tú aquí? ¿Cómo has entrado? ¡Todo el mundo te está buscando! ¡Creen que estás muerta!
-Ya lo sé. Ya ves que no. Conseguí tu llave, no me preguntes cómo.
-¿Y qué vienes a buscar?
-Información, quiero desenredar el caso del accidente de tren, pero para eso...tendría que hablar primero con el detective. Y le acaban de apresar.
-¡Oh no!- dijo la mujer de rojo con tristeza -¿Otra vez? ¿Y cómo llegaste hasta aquí?
-Me trajo... -dudó en contárselo todo, pero parecía una mujer de confianza que deseaba ayudar al detective, y eso a ella también le interesaba- Me trajo Drenas.
-¿Denas? ¿Ese degenerado? Ten cuidado con él niña. Se rumorea que hace fotos a los culos de las mujeres para luego disfrutarlas en la intimidad de su casa, ya me entiendes. No es de extrañar que ya cuente con el tuyo- dio una calada a su cigarro- y quizá el mío también- terminó de decir con una media sonrisa en los labios.
-¡Santo Dios! ¡Qué asco! No me lo puedo creer, si él y yo... ¿¡y cómo sabes tú eso!?-La becaria recordó las insistentes miradas que Drenas había lanzado a sus tetas y se arrepintió del trato que acababa de hacer con él y que le obligaría a verle de nuevo... a veces no entendía como surgió lo que tuvieron.
-Oye… ¿Te puedo hacer una pregunta? ¿A ti te atrae el detective?
-¡No!- gritó la becaria, aunque recordó el momento a solas con él justo antes de apresarle en el escenario del accidente.- y aún no me has contestado a lo que te pregunté.
-Manejo mucha información. Tengo mis propias fuentes y mis propios... métodos. Pero no te preocupes, lo que sé sobre él lo he averiguado limpiamente.
-¿Y tú? ¿por qué lo ayudas en todo? Corren muchos rumores, y esos métodos de obtención de información parecen encajar perfectamente con ellos.



-Ejem. Te he dicho que no soy de esas, no apures tu suerte jovencita. Es una larga historia- Se levantó y su sinuoso cuerpo se acercó a la becaria mientras castigaba el suelo con sus tacones. Era una mujer tremendamente atractiva- Digamos que…le tengo compasión.
-Ya, ¿y esperas que me lo crea? ¿Qué escondes tras esa compasión como tú la llamas?
-Somos almas solitarias, iguales en muchas cosas. Supongo que él necesitaba de mí y yo necesitaba de él- exaló el humo de su cigarro con aire seductor -¿No te parece extraño que su mujer y mi marido viajasen juntos en ese tren?- hizo una pausa de misterio y prosiguió- Estaban liados. El detective no lo sabe pero yo sí. Él piensa que todos los problemas con ella los causó él, pero no es del todo cierto. Ella estuvo con él mientras le quiso, pero luego cuando conoció a mi marido un día que vino a buscarlo a casa y que yo me había ausentado y la invitó a tomar café, se dio cuenta de que había estado perdiendo su tiempo. Así que se volvió fría y trató de alejarse de él, lo que le indujo a beber aún más. Ya tenía una excusa para abandonarle y largarse con mi marido, la muy pécora. Mi marido también se sentía solo porque me ausentaba a menudo y porque decía que le dedicaba mucho tiempo a mis enfermitos- dijo con cara de enfado –simplemente, yo le encontraba tirado en la calle, deprimido, me compadecía de él y le recogía.
-¿Y tú cómo supiste que estaban liados?
-Cariño, una mujer no es tonta. Siempre hay indicios. Y si pillas a tu marido mojando el churro en el chocolate de otra, pues más te convences. Mi marido me quería ¿sabes?, pero de repente empezó a aprovechar los momentos en los que tenía que irme de casa para visitar la del detective. Éste solía estar tirado por alguna esquina borracho, pues no soportaba ver a su mujer llorando en la cocina cuando llegaba.
-¿Éste es el sitio donde le escondías?

Era un cuarto pequeño, sin ventanas, sólo una pequeña claraboya en el techo. Un sofá cama desordenado, una lámpara, una mecedora, algo de ropa y unas cuantas botellas de whisky en una estantería.-Mira- y cogió de la estantería entre sus manos, mostrando unas largas uñas rojas, un retrato del detective y su mujer- El muy idiota aún la quiere. Hemos pasado aquí largas horas charlando en sus momentos de lucidez, normalmente cuando no estaba borracho. Yo me sentaba en su mecedora y él me contaba sus cosas tumbado en la cama. Nos hemos hecho buenos amigos, pero nada más. Y lamentablemente, parece ser que el alcohol ha mermado mucho su memoria. Cada día le costaba más recordar cosas. Parece que al final iba a conseguir su objetivo de olvidarlo todo y ser feliz en la ignorancia, sorbiendo sus lágrimas del fondo de un vaso de whisky.
-Pues no entiendo por qué trataste de incriminarle en el incendio.
-Bueno…-la mujer de rojo dudó- Por aquel entonces había un tipo que me acosaba, y la verdad yo me dejaba acosar porque me atraía locamente. Siempre pensé que el detective estaba celoso de él porque en realidad estaba enamorado de mi y creí que habría cometido la locura de prender fuego a mi casa por celos, en consecuencia de entregar mis favores a otro que no fuera él. No paraba de pensar que así había sido. Además sabiendo que bebía tanto…luego todos esos artículos y fotos de esa fotógrafa misteriosa…No sé, me sugestioné con la traición de mi marido y pensé que no podía consentir que otro hombre me traicionara. Más cuando yo había puesto toda mi sinceridad en él.

La becaria no veía del todo segura a la mujer de rojo en esa declaración. Titubeaba. ¿Era cierto? ¿Ocultaba algo? ¿La habrían presionado para que denunciase al detective? ¿Sería ella la que en venganza serró los pilares del puente que hizo caer el tren? No le estaba diciendo la verdad. Al tiempo que hablaba con ella miraba alrededor en busca de pistas. Qué contratiempo había sido encontrarla allí.

-Ah y por cierto nena, dame esa llave. No quiero que husmees más por aquí.
La becaria le entregó la llave de mala gana. Pensó que más valdría ser amigas que enemigas. Ambas estaban interesadas en rescatar al detective.

-Tendremos que idear un plan para rescatarle- dijo.
-¿Por qué tanto interés?
-¡Ya te lo he dicho! Creo que sabe algo del accidente. Necesito hablar con él, hacerle recordar.
-Pues yo sin embargo creo que te has empezado a enamorar de él. Se te nota. ¿Sabes? Me alegra. Necesita una mujer.
-¡No!- negó la becaria. Y montó en cólera al sentirse descubierta- ¿Vas a hacer algo o te vas a quedar ahí sentada esperando como hasta ahora?
-¡Oye descarada! ¡Te recuerdo que ya le he salvado una vez! Y por lo que veo, o te engañas a ti misma o aún hay algo de tu pasado que es más fuerte que tu.
-¡Pues muévete! ¡y no me hables de mi pasado! ¡no tienes derecho a juzgarme, sepas lo que sepas de mi!
-¡Tu juventud te hace ser muy impulsiva! Será mejor esperar al juicio. A ver cómo se desarrollan las cosas.
-Ok. ¡Si no vas tú voy yo!- y acto seguido salió rápidamente por el pasadizo dejando a la mujer de rojo. Avanzó hasta la salida, pero antes recordó los vestidos y el spray del baúl y los cogió. Cabían en su bolso, así que los guardó.
-Muy bien, me servirán. Si alguien me ve siempre le echarán las culpas a ella. Además se supone yo que debo estar muerta, así podré actuar mejor. ¿Quién se cree que es? ¡El detective no la necesita para nada!

Se alejó de la casa con cuidado de no ser descubierta, aún refunfuñando por el encuentro que acababa de mantener. Pasados unos metros una voz la asaltó por la espalda.

-Nena, por fin saliste ¿descubriste algo importante por ahí?
-¡cabrón, que susto! ¡otra de esas y te muelo a hostias, que ya me tienes harto!
-¡Ey tranqui! que he venido a buscarte.
-Si, claro, por el interés te quiero Andrés. En fin, no pude sacar casi nada en claro, pero la mujer de rojo prendió fuego a su propia casa.
-Si, y yo voy y me lo creo. Mira, ya me contarás. Por ahora tenemos que largarnos; por la radio del coche he sabido que van a peinar esta zona, por eso tuve que llevármelo y esconderlo bien.

Pese a todo, un suspiro de alivio salió imperceptiblemente de los labios de la becaria. Conque al final no había huído descaradamente... ¿por qué siempre tenía que hacer las cosas de manera que llamaran tanto la atención? en el fondo solo necesita que lo mimen un poco, es un adolescente que necesita que le hagan caso... si, eso era.

En ese instante, Drenas pasó su brazo por encima de la becaria y se dejó caer con fuerza, momento en el que aprovechó para meter mano.

-¡Eh! ¿qué haces animal?
-¡solo me apoyo! soy cojo ¿no te acuerdas?
-Pero la mano no tenías que apoyarla. Te ayudaré a llegar hasta el coche, pero no te pases. Nunca debí liarme contigo.
-Eso es lo que siempre digo yo ¿y sabes? a veces te echo de menos. Fuiste lo mejor que me ha pasado nunca.

¿Y ésto a cuento de qué viene ahora?- pensó la becaria- Siempre me desarmaba con esas cosas. Sabía sacar lo mejor de si mismo en algunos momentos y eso me derretía por completo. Pero bastaba ver cómo se comportaba normalmente para volver a cogerle manía de nuevo.

-Oye... ¿tu sacas fotos de culos?
-Si... deberías pasarte por mi museo ¡tu culo está al centro de todos! es la foto más grande y además tiene el mejor marco, jeje.

Ante esto ya no supe si sentirme mal o halagada, pero una sonrisita me iluminó la cara durante unos instantes. Drenas al lado sabía que una vez más había dado en el blanco...

Y eso fue todo lo que pasó.



El detective se incorporó incrédulo. Habían cosas que no le terminaban de encajar sobre lo que le había narrado la becaria de lo que había pasado con la mujer de rojo, cosas sobre su vida. Necesitaba respuestas, y solo había una persona que a esas alturas pudiera dárselas.

-Eh detective, no te muevas, que ahora me toca a mi. ¿estás seguro de que no recuerdas nada de los últimos días con tu mujer? ¿nada raro? ¿estás seguro de no haber visto al marido de la mujer de rojo por tu casa? ¡dime dime!
-¡Tenemos que idear algo para lograr escapar!
-no, no, ya la he cagado demasiado. Tenía que haber escuchado a la mujer de rojo... me da que tenía algún tipo de plan y que se lo he chafado. Creo que si intentamos improvisar como siempre solo estropearemos su plan B. Y necesito que me contestes, tengo algunas ideas que...
-¡Calla! creo que viene alguien... acuéstate y estate quita!

Y entonces llegó una enfermera. Llevaba su cara tapada con el típico filtro que se lleva en los quirófanos y en las salas de aislamiento, pero aún así pudo distinguir claramente que se trataba de...

-Si soy yo, y más vale que vuelva a ponerte en tu sitio antes de que se den cuenta. Anda toma ésto que sé que te gusta- dijo mienrtas rociaba al detective en la cara con el spray de dormir.

Al despertar y recordar lo que había pasado, vio que efectivamente estaba en una sala distinta, aislada y sin posible contacto con el exterior. Así pues la becaria tenía razón, los habían aislado adrede... ¿por qué querría entonces la enfermera misteriosa juntarlo con la becaria?.

Unos guardias acompañados de unos médicos vinieron a buscar al detective; le hicieron varias pruebas para comprobar su estado físico y luego lo esposaron para transladarlo a la prisión. Una vez en su jaula, se puso a meditar todo lo que había vivido esos últimos días, y recordando la charla que había tenido con su subconsciente empezó a darle vueltas al porqué quería el loro deshacerse de él y qué conexión tenía todo con la mujer de rojo. No podía ser simplemente casual que pegaran fuego justo a su casa, pero no entendía qué pintaba él por allí. ¿Qué estaba investigando él cuando empezó a tener las crisis de ansiedad que lo empujaron a beber? ¿qué tenía él escondido en su memoria, que el alcohol se había encargado de anegar? ¿qué fue lo que hizo que se empezara a alejar cada vez más de su mujer? creía que pese a que no parecía relacionada con el caso, esta última pregunta era tanto o más vital que la anterior. Estaba cavilando en estas y otras cosas cuando llegó el carcelero con las llaves.

-Levanta amigo, te llaman por teléfono.


Pues ya no sé que más decir :D. Lo de siempre, los comentarios están abiertos para todo.

19 comentarios:

Lienzo tierra pensó (ingenuamente) que alguien leería esto:

¿Soy yo o has metido más texto?

Pues decir que la cosa está liadísima.

Hummm qué sexy es la mujer de rojo, qué sexy, qué sexy...:-)

Mr Blogger pensó (ingenuamente) que alguien leería esto:

Lo es, pero tendrás que admitir que la becaria también levanta pasiones... si al final con tanta gente mirándole las tetas de reojo, los lectores (y no quiero señalar) pensarán que la becaria tiene unas medidas de 150 60 90... ¡y no es así, Drenas! xDXDXD

Mr Blogger pensó (ingenuamente) que alguien leería esto:

¿Lo de haber metido más texto lo dices para cubrirte las espaldas? :D

Si, he metido más texto. Asumo toda la responsabilidad :P

Anónimo pensó (ingenuamente) que alguien leería esto:

Ehh! que yo no he dicho que La Becaria no sea sexy, pero una barre para casa, jajaja.
BESOS!

Anónimo pensó (ingenuamente) que alguien leería esto:

¿Pero qué va a pensar la gente de mí? Yo soy una chica torpe que se tropieza por la calle, no una superbecaria que va por ahí levantando pasiones.

Mr Blogger pensó (ingenuamente) que alguien leería esto:

Eh becaria, tampoco te quites méritos, que bastante bien estás.

PD: ¿Qué pasó con lo del porsche y el versache y todo eso? ¿ahora dices que no eres una superbecaria osea? si es que estos famosos...

Unknown pensó (ingenuamente) que alguien leería esto:

jaja becaria no seas modesta que si que levantas... ...pasiones.XDD. 150 no, pero una 120 si que gasta.

Mamen ¿qué te gusta más? ¿los lobos o los cerdos? El próximo relato lo escribo yo :P

Mr Blogger pensó (ingenuamente) que alguien leería esto:

¿nos arriesgamos a dárselo? :D

Lienzo tierra pensó (ingenuamente) que alguien leería esto:

Los lobos, que son más salvajes .Es que los cerdos no me ponen nada ;-)

Para vuestra información Drenas quiere que me viole una manada de lobos salvajes por "retratarle" tan bien en el relato. Así que en lo que él escriba voy a salir muuu mal parada. Qué desconsiderado

Anónimo pensó (ingenuamente) que alguien leería esto:

Mr. blogger, no dejes el relato en manos de Drenas, que está muy perjudicado (pensaremos que es por los exámenes). Y no os inventéis cosas sobre mí, que la única que me conoce es Mamen y la pobre no se acuerda.

Mr Blogger pensó (ingenuamente) que alguien leería esto:

Pero qué manía de mezclar personajes de ficción con la gente de verdad. Si es que no se les puede dejar solos, siempre con lo mismo...

Unknown pensó (ingenuamente) que alguien leería esto:

ya ves mrBlogger, todo el mundo sabe que yo soy una buenisma persona, que todo el mundo besa por donde piso y más cosas que no voy a decir. También sabemos que mamen y becaria no son ni la mitad de interesantes que en el relato. Y que decir del detective, mejor no digamos nada.

Mamen ya tengo el relato jojojo.


-La venganza es un plato que se sirve frio-

Lienzo tierra pensó (ingenuamente) que alguien leería esto:

Pues yo diría que el Drenas del relato se parece a uno que yo me sé y que además tiene el mismo nombre. En alguien te habrás basado Mr Blogger, ahora no eches balones fuera con que son personajes ficticios. Demasiadas coincidencias con la realidad ;-)

Y esa de la foto se parece a mí que ni te cuento. De hecho me cogieron como modelo para hacer el dibujo aunque nunca lo he confesado, porque soy muy modesta.

Unknown pensó (ingenuamente) que alguien leería esto:

eso mamen, tu ves ganando puntos.

Mr Blogger pensó (ingenuamente) que alguien leería esto:

Ahí donde lo ves, Drenas está tachando una flecha que parte de un 150 de un diagrama de la becaria y está poniendo una flecha hacia un diagrama de Mamen...

Unknown pensó (ingenuamente) que alguien leería esto:

¿qué?

¿Estás hablando en clave?

Lienzo tierra pensó (ingenuamente) que alguien leería esto:

Eso digo yo también...¿QUÉ????
¿Has "bebío" Míster?

Mr Blogger pensó (ingenuamente) que alguien leería esto:

Joer, que mal estamos ¿voy a tener que hacer un croquis? Creo que con señalar el segundo comentario de esta misma entrada todo debería quedar aclarado...

Anónimo pensó (ingenuamente) que alguien leería esto:

Pos sigo sin pillarlo, jjajajajajaa

 

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