-Vaaaamos, no os retraséis
-Es que me duelen los piecitos y con todas esas protecciones Ambrosio no me puede llevar a la pela.
-¿Y si la llevo a cuatro patas, excelentísima?
-Hoy no, Ambrosio, hoy no.
-Deja de quejarte, anda, la culpa es tuya por traer esos zapatos.
-¡Pero si son preciosos!... o bueno, lo eran ¬¬...
-En fin, que cruz... ¿y el otro, dónde anda?
-Ahí atrás, hablando solo.
-Si, como desde que entramos aquí abajo...
Tras muchas vueltas y recovecos, se adentraron en una galería larga y estrecha, por donde sólo cabían de uno en uno. Rebeca encabezaba la marcha, seguida de Ambrosio, Laura y un Adrian que por primera vez desde que llegó a casa de Laurita no hacía eses. No había espacio para hacerlas.
-Lo noto...- dijo Laura.
-¿El qué nota, señorita?- respondió el fiel Ambrosio.
-Es una sensación extraña, como un cosquilleo por detrás, como una presión; es un calor extraño que se me sube por...
-¡Suéltala guarro!- gritó Rebeca dándose la vuelta bruscamente.
-Eeeeh... no, no es eso. Al tontolabas lo tengo bien vigilado para que no pasen cosas de esas. Aparte de que en el estado en el que está no sería capaz de acertar a coger una botella que tenga delante.
-¡Essso te crees tú! ¡sólo dime cual de lasss tresh tengo que coger y lo haré!
-En caso de algo alcohólico creo que no apostaría; en fin, dime qué es lo que has sentido con un poco más de precisión. No me fio de nada y mejor andar sobre seguro.
-Ha sido como una presencia, algo diabólico, como una sombra llena de rabia, dolor, sangre. Una pasión desatada y violenta, cruel. Como si una figura oscura y salvaje nos hubiera estado siguiendo un rato, como comprobando algo, como oliéndonos.
-¿Todo esssso? y luego dice quesssssólo notaba una preshión. Presión le hacía yo en las... jjijijij...
-Si no fuera porque temo que sin alcohol serías más insoportable y causarías más problemas ahora mismo te dejaría sobrio. Y quizá de un guantazo. En fin, paciencia... lo cierto es que los jinetes tienen demasiado poder como para ocultarlo demasiado tiempo y a tan corta distancia, y yo no he notado nada. También es cierto que pareces tener un potencial muy superior al mío y es lógico que tengas también una sensibilidad superior a las distintas formas de magia o entes mágicos. De hecho, deberías ser tu quien nos guiaras por estos túneles, estoy segura de que sabes de manera aproximada donde está quien buscamos.
-Si, creo que es por donde vamos, como tu decías. Cada momento es más intensa la sensación de cercanía con una fuerza brutal. Sin embargo, lo que sentí era diferente, era... como un espectro.
-¿Un espectro, dices? debemos cuidarnos de él; son criaturas que vagan por la tierra con una misión, espíritus demoniacos encerrados en la tierra, castigados y ligados de alguna manera a oscuros propósitos. Buscan su liberación ante todo y ante todos y no cejan en su empeño hasta conseguirlo. Aunque nosotros no estemos entre sus objetivos, puede darnos algún susto sólo por diversión. Andémonos con ojo.
Lo que no sabían tres cuartas partes del grupo es que durante su periplo por aquellos fondos nauseabundos había pasado lo siguiente: el espectro, al sentir la presencia del grupo se sintió llamado. Demasiado poder para ignorarlo, carne fresca y sangre caliente que devorar.
-Hassse un día estupléndido joer ¿qué hay para bebbber?
-SANGRE
-¿Sangre? ¿sangre? essso no tiene graduación. Métete tu sangre donde te q... anda... ¡hermano míooooo! ¡te quiero amigooooo! eh ¿dóndetásmetído?
Confundido, el espectro había retrocedido hasta ocultarse tras un muro. Su ira se encendió de repente, no podía ser posible, no se podía haber asustado de un tío borracho que se adelantara a abrazarlo. Asco si, pero no miedo, el miedo debería sentiro el tipejo ese... aunque tenía la sensación de que a lo largo de la vida de ese tipo no había sido precisamente el primero en hacerle la cobra... así que se abalanzó aún dubitativo pero resuelto a acabar con alguien que le había hecho sentir tan ridículo, con tan mala suerte de que el ánsia hizo perder la concentración al espectro y quedó encajado en un muro cuando trataba de atravesarlo para arrancarle el corazón.
-¿Quépasssatronco? tienes cara destreñío... pero tu reláaaajate, que aquí si sueltas lo que llevas dentro nosssshe va a notar...
El espectro, enrabietado y dispuesto a sacarle las tripas a aquel energúmeno que se estaba burlando de él, salió del muro. Estaba cabreadísimo, nunca un ser humano había visto una forma tan fiera y amedrentadora. Pero hay una clase de personas que lo han visto todo y más en esta vida. A menudo bajo los efectos de sustancias raras y por supuesto, estar borracho cambiaba bastante la percepción de las cosas.
-Anda, migo, tómateeeeesta copichuela conmigo anda, que tienesh malacara- dijo sacando una botella no se sabía muy bien de donde y un vaso de plástico que había recogido de entre los desperdicios del suelo. Tan beodo iba que tropezó y fue a derramarle el contenido encima al espectro, que anonadado por la reacción completamente opuesta a la esperada se había quedado pasmado.
-Lossshiento, lo shiento... y mira que lo sssiento de verdad, que era ya el fondo de la botella. Ahora sólo te puedo ofrecer un pitillo. ¿Te hace con chino o sin chino?
El espectro aún sin reaccionar veía con un pánico creciente, cómo un sujeto aparentemente incapaz de coordinar tres movimientos seguidos liaba un cigarrillo con una mano mientras con la otra encendía una cerilla contra la pared. Húmeda. A la primera. Un brillo intenso inundó por unos instantes los pringosos pasajes, dándoles un caríz aún más siniestro, no tanto a lo que se veía, que ya era bastante sórdido, como a lo que no se veía. Las sombras alimentan mucho más la imaginación que las luces. Dan miedo.
-¡No gastes cerillas jodío! ¡que aquí abajo pueden hacernos falta más adelante!- dijo Rebeca, sin molestarse a mirar siquiera.
-¡Sólosh una, no procuparshe que la aprovesharé mien!
Cansado de tanto juego, el espectro se recompuso y se decidió a atacar. ¡El tipo le estaba ofreciendo un cigarrillo! ¡y sostenía la cerilla en alto para que lo encendiera! que falta de respeto, un pitorreo. Decidido acabar con él, de un manotazo fue a apartar el cigarrillo para luego clavarle las garras en la garganta, pero al aferrarse a él para inmobilizarlo ocurrieron dos cosas. Una, un dolor inmenso y lacerante le inundó por completo y la segunda fue cuando un fogonazo inesperado al acercar la cerilla a su cuerpo aún mojado de alcohol empezó a expandirse peligrosamente por todo su cuerpo. El espectro, lastimado y dolido, soltó un chillido agudo y se olvidó de tan molesto sujeto (ya lo cazaría luego otro día, cuando estuviera desprotegido) y se lanzó a un ramal de las cloacas por donde bajaba algo más de agua con el propósito de apagarse. Eso le pasaba por jugar en lugar de centrarse en lo que tenía que hacer. Debía ser un castigo de los de ¿arriba? ¿abajo?, si eso era. Se liberaría primero, y luego podría divertirse todo lo que quisiera, como le habían prometido.
-Posss no hasalío corriendo el joíio ni ná. Casi me sssisa la medallita que le birlé ar Brosssio y enssssima me ha tirado el canuto.
-¿Qué pasa por ahí atrás? ¿¡Ha sido eso un gritito!?
-Ha sido alguna rata grande, asquerosa, peluda y llena de pulgas, que la hemos asustado- dijo Rebeca con la intención de que Laurita acelerara el paso-. ¡No os paréis ni os rezaguéis, que parecéis tortugas!
-Pffff, si, tortugas, tortugas... en tortuga si te convertía yo.
-¡Te he oído!
-¿Y a mi qué?
-¿Ya estamos otra vez?
-Aysss... en fin. Échame una mano, Ambrosio.
-Si mi ama.
-Vaaaaamos, no os retraséis.
2 comentarios:
¿Otro crossover??? xDD
Demasiada coincidencia que estuvieran los dos relatos a la vez en alcantarillados para no aprovecharla :P
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