Juanjo y Antonio R. Mata se miraron con el ceño fruncido. Según un gato, ellos habían sido elegidos para formar parte de un grupo llamado "Los Doce Sabios", que debían impedir el fin del mundo. Los dos tenían unos ideales altísimos y un potencial tremendo, al parecer.
De hecho, se enfrentaban a la prueba que prueba que determinaría si eran realmente aptos, o como tantos otros antes que ellos, serían desechados.
La sacerdotisa de piel color ébano sonrío.
-No deben estar tensos.
¿No deberían? Haciendo equilibrios sobre un delgado cable encima de un mar de lava, mientras les arrojaban dardos y shurikens, para llegar al otro extremo del abismo donde lucharon armados con mondadientes contra una horrorosa bestia humanoide, y luego aguantaron sin poder emitir un gruñido cinco horas de retransmisión de los "mejores" momentos de "Gandía Shore".
Claro, claro, claro... Nada de tensión... los cojones de San Mateo...
Y aún no había terminado la cosa. Debían vencer a quella oscura sacerdotisa, la que decidía si los aspirantes a Sabios realmente eran dignos de tal nombre...
Juanjo levantó el puño.
Antonio abrió su mano.
Y vencieron.
Porque la sacerdotisa había sacado "tijeras" para Juanjo y "piedra" para Antonio.
-No cabe duda -reconoció la sacerdotisa con una amplia sonrisa en su rostro-. Estais preparados.
Continuará
jueves, 3 de enero de 2013
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