Si, soy un adivino. Uno de verdad. La gente se acerca para que vea su futuro, o más bien, para que les diga lo que quieren oír. Sin embargo yo no soy como esos farsantes que se aprovechan de los incautos. Lo cual me ha creado problemas, porque yo les muestro lo que está por venir, les adivino lo que les ha de suceder. ¿Qué culpa tengo yo de que la realidad que intuyo, los detalles que dislumbro, los retazos de vida que les pongo delante sea la verdad tal y como yo la veo y no lo que ellos quieren y se esfuerzan por ver? quizá no es su realidad, pero si es la realidad que descubro encerrada en sus pupilas, nubes negras que revelan su verdadera naturaleza y que se empeñan en esconder. Y no les gusta, me insultan, me amenazan, incluso me golpean. No hay nada peor que la verdad, sobre todo cuando no quieres oírla.
miércoles, 14 de septiembre de 2011
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2 comentarios:
Es que a alguna gente lo de decirles la verdad no es recomendable, ni aunque te pidan que se la digas. A veces es más "sano" (para ti) decirles una media verdad o no afirmar ni desmentir antes que otra cosa... Besitos!!!
Hay que buscar un equilibrio, muchas veces sacrificamos demasiadas cosas, otras somos demasiado egoístas. Hay momentos y momentos para cada cosa.
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