-Es lo que andabas buscando desde hacía tanto tiempo. Tómalo. Es por lo que has intentado atravesar el desierto aún a riesgo de tu vida. Cógelo. Es por lo que has sacrificado todo lo que fuieste y lo que serás. Llévatelo. Solo tienes que pasar la última prueba... dime: ¿qué vas a hacer con él?
-Es mío, da igual lo que haga, lo necesito, no lo voy a perder más, lo guardaré donde nadie pueda encontrarlo, a donde nadie pueda llegar, donde nadie pueda hacerle más daño... ¿no lo ves? ensartado al fuego, arrancado de mi pecho, maltratado, malherido. Mira mi marca en el pecho, mira como lo abro y lo vacío que estoy y lo que he sufrido todo este tiempo.
-Sé por todo lo que has pasado, pero si piensas así no pasarás la prueba.
-¿Por qué? ¿piensas que me importa quemarme las manos? ¿piensas que no curará y teminarán cerrando esas heridas que tiene? ¿piensas que no podré...?
-La prueba no es conseguirlo, sino saber compartirlo sin miedo con quien lo merece... ¿no lo ves? yo también tengo una marca; yo te daré el mío a cambio del tuyo, ese fue siempre mi destino. ¿Ahora me comprendes?
-Pero el corazón es mío, no te lo puedo dar. He pasado muchos años de mi vida buscándolo y no voy a perderlo ahora. Me engañaste diciéndome que lo tenía, querías retenerlo aquí para ti sola, querías...
-No has entendido nada de lo que te he dicho ¿verdad? ¿cómo quieres que te diga que te quiero y que este corazón mío es tuyo? ¿cómo quieres que te diga que no necesitabas morir para tener un corazón? ¿cómo quieres que te convenza de los días y días que me pasé buscándote por el inmenso desierto hasta encontrarte, ya casi sin vida? ¿no entiendes que me he pegado muchas noches sin dormir, muchos días enteros cuidándote a despecho de mi propia salud?. Toma tu corazón y enciérrate donde quieras con él. Ya veo que todo lo que he hecho por ti ha sido en vano. Pero espera, porque también te llevarás el mío.
Y metiendo sus manos en las llamas cogió mi corazón. Y con cuidado fue arrancando los palos que lo atravesaban y le quitó el hollín que lo cubría. Y como por arte de magia estaba completo y sano, y lo puso en mis atónitas manos. Y abriendo su pecho por una especie de cicatriz nunca cerrada, como una marca idéntica a la mía, un espacio por donde pude ver como extraía su maltrecho corazón y me lo ofrecía igualmente.
-Pero... ¿cómo puedes haberlo cogido sin quemarte? ¿cómo puedes haberlo sacado de ahí entero y sano cuando estaba atravesado, agrietado, carbonizado...?
-Lo que lo atravesaba era lo que me atravesaba a mi y me mataba de dolor, ese fuego no es otro que el fuego que me consume, el carbón es mi piel marchita, resultado de tanto tiempo esperándote. Y ahora toma tu premio, pues aquí no llegaste a buscar tu corazón, sino el mío.
-No lo entiendo... llevas tanto tiempo cuidando de mi corazón para mantenerlo sano y ofrecérmelo cuando llegara... ¿y además me ofreces el tuyo sin pedirme nada a cambio?
-¿De qué me sirve mi corazón si no puedo amar? ¿de qué me sirve tenerlo dentro si la persona a la que amo no está conmigo?
-¿Quieres decir...?
-Quiero decir que te lo lleves o que me lleves contigo. De los dos modos me llevarás en cierta forma.
-Siento lo de antes... yo... me dejé cegar por la desconfianza... no sabía que tu eras capaz de hacer semejante sacrificio...
-¿Acaso tu no venías buscando tu corazón para poder volver a amar? pues yo estaba esperando a quien dejar mi corazón por la misma razón.
-Yo... toma, esto es para ti, es tuyo. Ahora veo que siempre lo fue. Y acepto llevarte conmigo.
-Gracias. Tu me has dado algo más que tu corazón. Me has vuelto a hacer sonreír.
0 comentarios:
Publicar un comentario