Todos los presentes estaban tan concentrados en la batalla venidera, que no prestaron atención a dos sombras que abandonaban el grupo.
-¿Por qué nos vamos? -preguntó Alba.
-Porque creo que sé lo que está ocurriendo aquí -respondió Rebeca.
-¿Y es...?
-Los Cuatro Jinetes del Apocalipsis... Los Doce Sabios... Todo es una mentira. Una fachada mediante la cual los antiguos dioses pueden seguir actuando en la tierra...
-¿Para conseguir qué?
-Poder, imagino... o simplemente se aburrían y querían probar algo distinto... o echaban de menos usar peones humanos... o... ¡qué se yo!
-Pero eso no explica porqué nos vamos -murmuró Alba.
-En primer lugar, temo a los dioses que puedan aparecer por allí para darse de leches. Y en segundo lugar, creo que tus poderes de necromancia...
-ME INTERESAN.
-Y A MÍ...
Dos figuras. La primera era una mujer, pero la mitad derecha de su cuerpo tenía la forma de una mujer bellísima... la izquierda era un cadáver descompuesto. La otra figura era un hombre alto y musculoso vestido con una toga.
Rebeca y Alba poco podían hacer ante el poder de Hela y Hades...
Los dos dioses avanzaron hacia las dos jóvenes, alargando sus manos hacia ellas. Pero se escuchó una voz:
-¡Deteneos! ¡Yo, Zeus, os lo ordeno!
Raoul avanzó con paso firme.
-¿Raoul es también otro dios? -preguntó Alba asombrada.
-¿HERMANO ZEUS? -preguntó con desconfianza Hades.
-¡Dejad a estas mujeres! ¡Su destino me pertenece! -contesto Raoul.
-YO NO TE DEBO FIDELIDAD, ZEUS -dijo Hela.
-¡Pero sí me la debes a mí! -se escuchó la voz de Adrián- ¡Yo soy Jesucristo!
Y Adrián se plantó al lado de Raoul. Este le miró con cara de pocos amigos.
-Te dije que eras Odín, gilipollas.
-¡Yo soy Odín, gilipollas! -rectificó Adrián.
HELA y HADES les miraron con odio.
-Era un farol, ¿verdad? -preguntó Rebeca.
-¡Era un farol! -respondió Raoul-. ¡Corred!
Continuará
viernes, 22 de marzo de 2013
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