Pruébame blogger!

Bueno, es toda una responsabilidad, pero hoy toca hablar de la última entrega de una saga mítica. Y tocar una saga mítica tiene una cierta dificultad intrínseca, tanto para los críticos a la hora de intentar ser justos y ecuánimes (tiembla Indy IV... ¡la próxima puedes ser tú!) como para los cineastas, guionistas, etc. a la hora de enfrentarse con el proyecto. Hay casos en los que se da una nueva vida a una saga en decadencia (Batman begins), hay casos en los que se termina de enterrar (Batman y Robin) y enmedio hay casos en los que en lugar de corregir las cosas que se hicieron mal en la última película, se intenta cambiarlo todo de tal manera que ya no funciona ni lo que antes funcionaba ni lo que se supone que ahora debería funcionar (Batman forever). Y eso pone en un lugar delicado a quienes se atreven a sacar la película adelante. Si es que estas cosas se hacen por dinero, que si se hicieran por devoción otro gallo nos cantaría. No nos hubieramos tenido que comer muchos truños, eso seguro.

El caso es que ahora toca hablar de la jungla de cristal (si, eso, ríanse ustedes apañeros de las américas, pero el título era cojonudo para la primera película; y claro, luego no se iba a cambiar, que perdería el tirón y eso). Se trata de una serie de películas de acción antológicas que inaugurarían de alguna manera el género de "yo contra el mundo", encarnadas en el gran Bruce Willis. Pese a tratarse de películas de acción pura y dura, siempre destacaron por tener un gran guión, con gran profusión de secundarios que le daban algo de sentido y realidad a las escenas, un contexto que le daba entidad a cada una de las acciones tanto de los buenos como de los malos. Secuencias bien pensadas, realistas dentro de lo posible en una pelicula de estas características, algunos detalles de esos que no aportan nada al film pero que acercaban aún más la peli a lo que puede llamarse la vida real™, como ver a un asesino robar una chocolatina de una tienda cuando tiene hambre. Incluso una cosa tan tonta como que las heridas dolían durante toda la película, algo obvio por otra parte, pero que todas las pelis de acción se pasan por los forros, le daban ese algo que hacía a las pelis especiales (sobre todo las dos primeras). Todas esas cosas que hacían que no pensáramos que nuestro querido John McClane era terminator, sino que podía ser cualquiera de nosotros (hinchado de esteroides, y con refuerzos de vitaminas de esas que tomaba la hormiga atómica -que ya es raro que no consiga su fuerza de algún rollo radioactivo sino haciendo pesas como una descosida-). En fin, John era nuestro héroe porque era nuestro y no de otra dimensión.

Bueno, aquí empieza el destripe, así que ya estamos avisados. Luego que nadie se me queje :P

Nada más empezar la película nos damos cuenta de una serie de detalles que hacen que empecemos a sospechar que no deberíamos juzgar a esta cuarta parte con el mismo rasero que las demás de la saga.
Lo primero: John McClane es terminator. Mata con sus manos, mata con sus coches, mata con sus caminones... da igual que el enemigo sea una monjita que un avión de las fuerzas aéreas (eso si, dejándose la piel en el pellejo, no como alguna famosilla de medio pelo). Y algún enemigo es un cruce entre el mismo terminator y la mona chita.
Lo segundo: ¡Horror! ¡han metido informáticos en la película!, con la sarta de estupideces y tonterías que se ven hacer a los "hackers" en las producciones de hollywood (crimen capital: sólo en las películas se puede conseguir que enchufando un cable coaxial se envíen datos a decenas de TB/s -al menos no eran los típicos cables de pares de cobre sin apantallar típicos de la telefonía-, controlar los sistemas de una ciudad entera -o de un país entero- desde solo un ordenador, con lo difícil que es colarte solo en uno :P, y que una agencia especializada en tratar con este tipo de gente no corten la red al exterior si reciben un ataque que los deje comprometidos ¡que solo es desenchufar un cable coñe!, sin entrar ya en lo de que escribiendo una frase en un teclado el ordenador haga de todo, además de esas compejas interfaces gráficas tridimensionales que son completamente innecesarias para activar/desactivar un simple interruptor).
Lo tercero: Si puedes hacer las cosas a lo Matrix... ¿por que te conformas con hacerlo a lo Mad Max? y si un coche no es lo suficiente para nuestro héroe, ¿por qué no le pones enfrente un helicóptero? ¿o mejor aún, ¡un Harrier!... uhm, no, que eso está desfasado... ¡ah, ya sé! ¡un F-22 Raptor, que así además el ejército nos paga por hacerle publicidad!. ¿Qué hay de aquel policía al que simplemente intentaban freir a tiros unos terroristas? ¿por qué ahora es necesario que sea un Rambo calvo?.

En fin, no se si me explico, que ha perdido su escencia, vamos. La primera parte de la peli deja un gran sabor agridulce hasta que te acustumbras a ver a John McClane como Légolas en las pelis del Señor de los anillos o como James Bond (en la era Pierce Brosnan, que Casino Royale no le he visto, y las anteriores eran más contenidas). Una vez encajas este golpe bajo, y te concentras en verla como "otra película de acción", la cosa mejora. No solo porque es una peli espectacular, tiene escenas impresionantes y que en el fondo nuestro McClane sigue ahí (algunos detallitos tiene, no lo vamos a negar... "¿ves eso? pues lo hice yo" :P), la peli sube bastantes enteros, y se convierte en un buen film de acción descabellada y nada cerebral. Vamos, que no es sobresaliente como las dos primeras, ni excelente como la tercera, pero que es visible (vaaale, si quitamos tres o cuatro fantasmadas, pero se las perdonamos; soy demasiado bueno). Así que todo depende de si hacen una nueva secuela. Puede ser entonces que si que esté la saga en decadencia o puede remontar el bache.

Los actores están bien en general, pero se hecha de menos una mejor actuación del malo maloso, que resulta frío cuando tiene que resultar enérgico y resulta enérgico cuando debería resultar frío, empañando la gran galería de malos que ha tenido la saga. También hay que destacar algunos huecos argumentales y algunas situcaiones cogidas con pinzas, que no son propias de las otras pelis. Pese al flojo guión, los diálogos mantienen el tipo, con algunas frases bastante buenas, pero tampoco llegan al nivel de las otras pelis.

Y ahora la sinopsis :D...

Lo bueno:

que tiene bastante acción, en algunos casos incluso de la buena; todo resulta muy espectacular y tiene bastante ritmo. El final del malo es antológico, al más puro estilo McClane.

Lo malo:

que no es una película de la saga de la jungla de cristal. No encaja y chirría demasiado al no seguir las directrices que hicieron famosas a las anteriores pelis. Espectáculo tipo James Bond (de la era Pierce Brosnan) más que John McClane.


Por todo ello le otorgamos una puntucación de:

Esto es todo. Para cualquier opinión, sugerencia, crítica o contracrítica se pueden dejar comentarios que serán debidamente ignorados hasta el lunes después del descansito de semana santa. No sé si me dará tiempo (y ganas) de actualizar con algo hasta ese día, así que desde aquí les deseamos que se lo pasen lo mejor posible estos días de descanso (los que descansen; los que no, pues que se les haga lo más breve y placentero posible).

PD: Si te has quedado con ganas, quizá quieras leer el destripe de los crímenes de oxford.

PPD: Voy a nombrar a Zarcosi, a ver si aumentan las visitas. Al menos el tipo ese al que contrató para que mirara los blogs a ver que decían de él :P