No, no pretendo usurpar a nuestra querida amiga la beca, pero si contar una historia que bien podía haber salido de su blog.
Todo comienza un día hace tres semanas. He realizado un curso (el CAP) que se completa con una serie de horas prácticas en un centro de enseñanza de secundaria y una memoria de prácticas. Bien. Las clases no empiezan oficialmente hasta mediados de mes, así que tooodas las horas lectivas que hay desde el principio de mes hasta ahí no valen. ¿Cómo voy a hacer todas las horas de prácticas obligatorias? pues pasándome dos semanas yendo a clases a discrección y así más o menos damos el pego, pues está descontado que los horarios no van a cuadrar y que habrá horas que no podré estar con ningún profesor de departamento y otras en las que se solapará.
Hasta aquí solo parece que esté un poco apurado. Teniendo en cuenta que la fecha oficial de comienzo de las clases se retrasa hasta el lunes 21, la cosa se complica... ¿4 días para hacer 40 horas? si señores, y al quinto entregar la memoria de las prácticas, que como su propio nombre indica, está muy relacionada con estas y resulta imprescindible hacerlas para poder ponerse manos a la obra con el dichoso informe. Si, hay cosas que se pueden ir adelantando, pero siempre te das cuenta de que estás haciendo cosas mal y hay que volver a atrás y retocar/cambiar/borrar/añadir. Si tenemos en cuenta que las mañanas se van con las dichosas prácticas y que las tardes las tengo llenas, llegamos a la conclusión de que me quedan las noches (largas y frías), las cuales exprimo cuanto puedo hasta el viernes a las 3 de la mañana en que acabo. Bien, por fin. Ahora solo queda coger el pdf, imprimirlo, llevarlo a encuadernar y entregarlo. Me podía permitir dormir un poco más por la mañana...
Evidentemente, no podía ser tan fácil. Despierto tarde y aguantando las broncas de mi madre que quería que hubiera entregado eso a las siete de la mañana. Quizá no le hubiera faltado razón. Pero volvamos unas cuantas horas al pasado: salgo de mis clases de por la tarde y paso por una tienda en la que venden tinta y toner. Lo de la tinta es tal cual, no solo los cartuchos, sino que además recargan. Me decido a comprar uno de negro (nunca se sabe, claro, siempre fallan en el peor momento posible), pero me dicen que originales no tienen hasta dentro de dos días y para la recarga necesitan el vacío, así que sigo mi camino hasta la estación de autobús. Una vez acabado el flashback, llegamos al momento crucial: entramos en windows y cogemos el pdf (que se supone que es la última versión) y empezamos a imprimir. Como a estas alturas pueden estar imaginando, a la cuarta página el negro empieza a fenecer, y empiezo a estresarme. Tranquilo, no pasa nada, pa eso están los hermanos, seguro que en casa de tu hermano hay una impresora con tinta que puede servirte. Así que voy a casa de mi hermano, y empiezo a imprimir. Sonrisa de satisfacción en mi rostro. Risa histérica de estupefacción en mi rostro. Tampoco hay tinta. Cabreado vuelvo a casa a cambiarme para ir a comprar tinta. Por el camino mi hermano me para y me dice que si en el cajón no había un cartucho sin estrenar. Recuperando la calma, volvemos y ¡efectivamente! un cartucho de color sin estrenar. Tal y como están las cosas y con el tiempo corriendo en contra, mi hermano me hace el favor y me lleva en coche. Efectivamente, hay colas.
Tras bajar del coche, comprar, esperar a que mi hermano de la vuelta a la manzana, chuparme más colas y llegar a casa desesperado, termino de imprimir las hojas que faltan e imprimo alguna hoja que ha quedado con un acabado lejos de la perfección. Cuando acabo y empiezo a revisar, me doy cuenta de que no es la última versión del pdf. Cabreado, reinicio el windows y entro en linux (a quien se le ocurriría hacer las cosas en LaTEx™...), donde vuelvo a compilar el proyecto y genero el pdf de nuevo, hago las copias pertinentes en varias particiones, discos duros y en pendrive (modo paranoia off) y pongo a imprimir de nuevo las hojas que han sido retocadas, que afortunadamente no eran muchas.
Ale, a por el transporte público. No es que no coja colas, puesto que coge una ruta diferente al coche, pero llega antes. A tomar por culo, claro, porque la estación y el sitio donde tengo que entregar la memoria distan unos buenos kilómetros. Afortunadamente el sitio donde voy a encuadernar está entre los dos puntos y no tengo que desviarme demasiado. Ahí encuentro otra cola: más gente del CAP encuadernando, con lo que me temo lo que sucederá luego. Si, cola en el local donde debemos entregarlo. Afortunadamente estaban despachando con rapidez y no hubo mayor problema... y eso es todo.
¿Todo? noooo, aún queda que pase la revisión y no haya nada mal, pues aún pueden devolvértelo para que corrijas lo que a ellos les parezca que es erróneo. Afortunadamente hay tanta gente que se ha apuntado a esto que no creo que se pongan muy tiquismiquis corrigiendo. Bastante trabajo tienen ya.
Todo comienza un día hace tres semanas. He realizado un curso (el CAP) que se completa con una serie de horas prácticas en un centro de enseñanza de secundaria y una memoria de prácticas. Bien. Las clases no empiezan oficialmente hasta mediados de mes, así que tooodas las horas lectivas que hay desde el principio de mes hasta ahí no valen. ¿Cómo voy a hacer todas las horas de prácticas obligatorias? pues pasándome dos semanas yendo a clases a discrección y así más o menos damos el pego, pues está descontado que los horarios no van a cuadrar y que habrá horas que no podré estar con ningún profesor de departamento y otras en las que se solapará.
Hasta aquí solo parece que esté un poco apurado. Teniendo en cuenta que la fecha oficial de comienzo de las clases se retrasa hasta el lunes 21, la cosa se complica... ¿4 días para hacer 40 horas? si señores, y al quinto entregar la memoria de las prácticas, que como su propio nombre indica, está muy relacionada con estas y resulta imprescindible hacerlas para poder ponerse manos a la obra con el dichoso informe. Si, hay cosas que se pueden ir adelantando, pero siempre te das cuenta de que estás haciendo cosas mal y hay que volver a atrás y retocar/cambiar/borrar/añadir. Si tenemos en cuenta que las mañanas se van con las dichosas prácticas y que las tardes las tengo llenas, llegamos a la conclusión de que me quedan las noches (largas y frías), las cuales exprimo cuanto puedo hasta el viernes a las 3 de la mañana en que acabo. Bien, por fin. Ahora solo queda coger el pdf, imprimirlo, llevarlo a encuadernar y entregarlo. Me podía permitir dormir un poco más por la mañana...
Evidentemente, no podía ser tan fácil. Despierto tarde y aguantando las broncas de mi madre que quería que hubiera entregado eso a las siete de la mañana. Quizá no le hubiera faltado razón. Pero volvamos unas cuantas horas al pasado: salgo de mis clases de por la tarde y paso por una tienda en la que venden tinta y toner. Lo de la tinta es tal cual, no solo los cartuchos, sino que además recargan. Me decido a comprar uno de negro (nunca se sabe, claro, siempre fallan en el peor momento posible), pero me dicen que originales no tienen hasta dentro de dos días y para la recarga necesitan el vacío, así que sigo mi camino hasta la estación de autobús. Una vez acabado el flashback, llegamos al momento crucial: entramos en windows y cogemos el pdf (que se supone que es la última versión) y empezamos a imprimir. Como a estas alturas pueden estar imaginando, a la cuarta página el negro empieza a fenecer, y empiezo a estresarme. Tranquilo, no pasa nada, pa eso están los hermanos, seguro que en casa de tu hermano hay una impresora con tinta que puede servirte. Así que voy a casa de mi hermano, y empiezo a imprimir. Sonrisa de satisfacción en mi rostro. Risa histérica de estupefacción en mi rostro. Tampoco hay tinta. Cabreado vuelvo a casa a cambiarme para ir a comprar tinta. Por el camino mi hermano me para y me dice que si en el cajón no había un cartucho sin estrenar. Recuperando la calma, volvemos y ¡efectivamente! un cartucho de color sin estrenar. Tal y como están las cosas y con el tiempo corriendo en contra, mi hermano me hace el favor y me lleva en coche. Efectivamente, hay colas.
Tras bajar del coche, comprar, esperar a que mi hermano de la vuelta a la manzana, chuparme más colas y llegar a casa desesperado, termino de imprimir las hojas que faltan e imprimo alguna hoja que ha quedado con un acabado lejos de la perfección. Cuando acabo y empiezo a revisar, me doy cuenta de que no es la última versión del pdf. Cabreado, reinicio el windows y entro en linux (a quien se le ocurriría hacer las cosas en LaTEx™...), donde vuelvo a compilar el proyecto y genero el pdf de nuevo, hago las copias pertinentes en varias particiones, discos duros y en pendrive (modo paranoia off) y pongo a imprimir de nuevo las hojas que han sido retocadas, que afortunadamente no eran muchas.
Ale, a por el transporte público. No es que no coja colas, puesto que coge una ruta diferente al coche, pero llega antes. A tomar por culo, claro, porque la estación y el sitio donde tengo que entregar la memoria distan unos buenos kilómetros. Afortunadamente el sitio donde voy a encuadernar está entre los dos puntos y no tengo que desviarme demasiado. Ahí encuentro otra cola: más gente del CAP encuadernando, con lo que me temo lo que sucederá luego. Si, cola en el local donde debemos entregarlo. Afortunadamente estaban despachando con rapidez y no hubo mayor problema... y eso es todo.
¿Todo? noooo, aún queda que pase la revisión y no haya nada mal, pues aún pueden devolvértelo para que corrijas lo que a ellos les parezca que es erróneo. Afortunadamente hay tanta gente que se ha apuntado a esto que no creo que se pongan muy tiquismiquis corrigiendo. Bastante trabajo tienen ya.
9 comentarios:
Traquilo, ni se lo leen, te lo digo yo... que plagié la mitad del trabajo de un compañero ;-) porque me pillaba el toro.
Tienes razón, es una historia digna de aparecer en cualquiera de mis blogs. Lo bueno de que se acabe el CAP es que se lo está sacando todo el mundo y son menos exigentes.
Pues a mi me ofrecieron un par de memorias. Si las hubiera tenido, hubiera tardado y me hubiera estresado mucho menos :D.
Laura, la parte mala es que la academia está enculando a todo el mundo y forrándose a su costa (hace un año no salía tan caro el cursito de las narices...), pero es lo que tiene ser la última promoción a nivel de toda España si no me equivoco (que había un webo de gente de la península y más allá asistiendo a los cursos!)
Es cierto, los que no han encontrado plaza en su comunidad autónoma se han ido a sacar el CAP a Canarias.
jajaj
encima tienes más competencia!!!!
pero no te preocupes ni te quejes, eso le da emoción a la vida
Hola amigo...
Espero que estes muy bien!
Cuándo puedas pasa por mi blog, hay un regalito para ti.
Que tengas un finde encantador!
Un abrazo inmenso
Si, se venían los findes que tocaba curso, se lo pegaban y el resto del tiempo playuzo y discotequeo. Algunos dieron más pata esos días...
Esther, solo es el titulín. Luego quedan las opos si hay ganas.
Muchas gracias amiga! Iré en cuanto pueda, que te debo visitas más a menudo...
Hey!!! Lo de la tinta en la impresora es típico y normal!!
A mí me ha pasado infinidad de veces!! Para encuadernar, muchas veces pasaba el mismo calvario que tú, hasta que encontre una encuadernadora por 40 eurillos la mar de apañá!!! jajajajja
Buena suerte para los proximos trabajos!!
P.D.: por cierto, he estado perdido totalmente y he vuelto a las andadas, como esta el tema de Insomnio???
Buenas losada! encantado de verte de vuelta.
Pues el tema del insomnio está abandonadillo. Falta que alguien tome el relevo de ¿vicky? y lo siga...
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