Muchas veces cuando paseas por la calle, ves a ese mendigo que todos los días se pasa ahí sentado, esperando unas pocas monedas para hacer el día. ¿Es que no es capaz de intentar buscar trabajo, sustento? ¿acaso no tiene ahí dinero suficiente como para estar más o menos bien comido y hacer cola en el paro en lugar de perderlo sentado? ¿por qué duerme ahí tirado en el parque habiendo albergues pagados con el dinero de todos?. Estas y otras preguntas nos hacen pensar que esta gente se ha vuelto muy cómoda, que como la gente caritativa les suelta algo de dinero y tienen para vivir (algunos malvivir, otros no tanto) ya no quieren salir de esa situación. Lo vemos desde nuestra cómoda posición, no vemos los problemas reales que tiene esta gente, y no solo la situación de mendicidad a la que se han visto abocados, sino sobre todo a su situación psicológica: despreciados, apestados, ignorados. Sin embargo, hay gente que lucha y consigue salir de esa situación. Gracias a la mujer trampa (más conocida por Jill) he conocido el caso de Miquel Fuster. Él ha conseguido salir de 15 años de vivir en la calle, usando su talento para poco a poco salir adelante. Su obra delata sus experiencias, la extremada sensibilidad que ha ido consiguiendo con los años; qué hubiera sido de él si se hubiera atendido a su talento hace tiempo, nunca se sabrá. Pero aún así, hemos recuperado una mente brillante y una mano hábil, y sobre todo una persona que estaba perdida. He aquí algunos de sus trabajos, que ha colgado en este blog:
viernes, 18 de julio de 2008
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3 comentarios:
Hace tiempo vi el blog de otro mendigo, y digo yo que siendo mendigos ¿cómo acceden a internet? Alguien les hará el blog ¿no? porque concretamente éste vivía en la calle.
Pues si vas saliendo poco a poco adelante, intentas darte a conocer e internet es una herramienta muy poderosa para eso. Con gastarte unos eurillos en un cyber puedes mantener un blog más o menos actualizado. El problema sería más bien mantener un teléfono para que puedan contactar contigo.
Preciosa obra la de este artista que no se rindió.
Y es que la libertad no está reñida con el incandinarse en la sociedad.
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