Duerme angelito mío, duerme, que ya has estado mucho tiempo sin dormir. Limpia esas lágrimas de tus ojos y déjalos descansar. Tu alma agitada por la corriente de los acontecimientos está fatigada, tu cuerpo maltratado por el exceso de actividad está dolorido y agotado. Tus hermosos ojos rodeados por negro cansancio y rojo dolor, tus suaves mejillas surcadas por ardientes aguas de mar, tus labios perennemente ahuecados en un silencioso por qué. No, no mereces seguir sufriendo este tormento que te abrasa, no mereces seguir padeciendo las dolorosas marcas en carne viva del látigo de la sinrazón ni los cortes del lacerante filo de la locura. Nunca defender un ideal tan puro produjo tanto daño, nunca una pérdida fue tan dura como cuando se dejó escapar lo que no se valoraba, nunca hubo tanta soledad como cuando hubo el máximo empeño en conseguir estar solo. Perdona, olvida, recuerda pero no te obsesiones, no cometas los mismos errores que te te rodean y siéntete en paz contigo misma. Sosiego, calma y tranquilidad, tomar con fuerza las riendas de tu vida, dejar de mecerte al son del oleaje, extiende tus alas y echa a volar. Pero ahora duerme, descansa, han sido días duros y aún queda mucho por caminar.
lunes, 31 de enero de 2011
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4 comentarios:
que tierna entrada" ♥♥♥
Si, es una lástima que no pueda dormir...
Todo un filósofo... Y toda una ayuda :-D Besitos!!
Tan solo pongo sonrisas que otros me quitan...
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