Pruébame blogger!

Para ser una peli de Michael Bay hay pocas explosiones. Pero se encargó de que hubiera helicópteros por todos lados, muchos coches volando por los aires, mareó con la cámara un 17% más y un 30% extra de demolición urbana que su media de películas (las de transformers no cuentan porque todo es digicual). Mantiene las señas de casi todas sus producciones: acción sin tapujos, estilo visual plénamente reconocible y espectacularidad en todos los aspectos. Esta vez además tiene un guión interesante y competente, lo cual le da un poco más de empaque a la peli y no se reduce todo a la típica ensalada de tiros. Es una película muy agradecida, le pides poco y te da mucho, una buena tarde palomitera con algo de contenido y contundencia pero sin llegar al exceso típico de este tipo de producciones (pese a que lo roza en muchas ocasiones, que Bay es mucho Bay). Sin destrozar mucho el argumento, trata de una misteriosa colonia de humanos que viven ajenos a todo tras una catástrofe de tales dimensiones que solo se puede sobrevivir en un entorno reducido y en una misteriosa isla paradisiaca donde no ha llegado la contaminación. Cada poco tiempo se sortean nuevas plazas para ir a la isla, premio y objetivo único de todos los pobladores, que mientras tanto se conforman con vivir una vida anodina y llena de reglas y control. Hasta que alguien empieza a cuestionarse seriamente todo lo que le rodea...