-¿Te veré el próximo verano?
-Me gustaría pensar que si. ¿Vendrás?
-Desearía hacerlo, pero sabes que no depende de mi.
-Entonces aquí te esperaré. Sabes donde vivo, sabes mi teléfono.
-No te olvidaré, no te preocupes que te llamaré. Sabes que no podría vivir sin ti.
-Ni yo tampoco. Hacía mucho tiempo que no lo pasaba tan bien con alguien; me entristece perderte ahora que te he encontrado.
-Si no viviéramos tan lejos...
-Sabes que no puedo irme contigo.
-Sabes que si pudiera te llevaría.
-El próximo verano volveré a por ti. Y esta vez te llevaré conmigo.
-Nada deseo más. Se me hará muy largo hasta entonces.
-No te preocupes, te llamaré a diario si hace falta.
-¿Lo harás?
Sin contestar a esta última pregunta la atrajo hacia si mirándole a los ojos. Se besaron por última vez en una larga despedida. Luego cada uno se marchó por su lado, ella a su apartamento, donde le esperaban aún un par de días antes de volver a su hogar, él al coche donde le esperaban sus padres para volverse a su casa. Destinos unidos durante un breve periodo de tiempo, suficiente para conectar, insuficiente para compartir algo más que la chispa que prende, sin llegar a saber nunca si el fuego hará brasa o será solo rescoldos.
A los dos días, él se encontró con su novia:
-Cuanto te he echado de menos. Me he pasado las vacaciones pensando en ti.
-¿En serio?
-Claro cielo, si ni siquiera salí, no conocía a nadie y el ambiente era soso y aburrido. Contigo hubiera sido diferente.
-Ojalá hubiera estado allí contigo.
-No hubiera podido ser, lo sabes. De todos modos, me ha sentado bien, porque al no tenerte cerca, he podido ver cuanto te necesito y todo lo que te quiero.
-Jejeje, no seas tonto. Qué cosas dices.
-El próximo verano nos iremos los dos juntos, te lo prometo.
-Que bueno eres. Ojalá todos fueran como tu.
A la semana, ella quedó con sus amigas:
-Si, estuve saliendo con un crío.
-Al menos estaría bueno.
-No estaba mal, pero se las daba de romántico. Incluso quedó en llamarme todos los días. Dudo que lo haga, si acaso algún día que esté borracho.
-Hija, ¿entonces por qué te juntaste con él?
-Estaba aburrida, y lo cierto es que cuando quería era hasta mono. Me da algo de pena y todo, se le notaba tan sincero...
-Ya ves, a los tíos de ahora los dejas manosear un poco y los controlas como quieres.
-Ya te digo, a este lo manejaba como quería. Si aún piensa que volveremos a vernos el próximo verano el muy pardillo.
jueves, 23 de septiembre de 2010
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2 comentarios:
Con lo bonito que había empezado... Y lo real que terminó... XD (Menos mal que siempre hay alguna que otra excepción a la regla... XD). Besos!!
Así son las cosas (y así se las hemos contado XD)
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