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sábado, 17 de julio de 2010

La sociedad y el individuo

La sociedad, ese ente que nos mueve, nos impulsa, nos estanca, nos educa y nos maleduca, ese continente para esa cosa que llamamos masa social, que fija tendencias y fluctuaciones en la condición y la capacidad humana. ¿Hasta qué punto nos influye la sociedad? ¿qué poder y control tenemos nosotros sobre nosotros mismos? ¿qué capacidad de elección tenemos?. La sociedad nos marca mucho, nos convierte en animales de costumbres y tendencias: nos fija rutinas, nos crea necesidades, nos cambia hábitos, nos induce a realizar cosas y a evitar otras... las leyes escritas de la jurisprudencia y las no escritas de la urbanidad nos obligan a comportarnos civilizadamente en todo momento, y los que se sienten oprimidos y/o quieren liberarse de las ataduras que creen que se les imponen y que se convierten en incívicos en realidad son un subproducto de la sociedad, están dentro de la sociedad y tienen otras reglas, pero las tienen. Siguen todos patrones de comportamiento similares, son una masa social de un tamaño menor y que actua de manera contraria al sistema, así que según mi punto de vista es incorrecto decir que están marginados o fuera de la sociedad cuando lo que hacen es simplemente es intentar encajar en la sociedad a fuerza, viviendo a su modo, eligiendo otro camino para conseguir las mismas cosas que intentan los demás, forzados en la elección de seguir unas reglas que no entienden o con las que se muestran disconformes buscan su propia manera de seguir adelante, pero siguen conservando gran parte de la inercia, se tienen que servir de la sociedad para subsistir pese a que no quieren formar parte de ella o no pueden sentirse parte de ella, teminan moviéndose dentro de ella; es imposible no ser social cuando se es un animal social por naturaleza. Y yo pienso que somos seres suficientemente inteligentes para tomar nuestras propias decisiones y abstraernos de lo que se nos intenta imponer, que no es lo mismo que pensar que somos inmunes a los movimientos de la masa. Al fin y al cabo, vivimos en una sociedad y queramos o no queramos, la sociedad nos impone muchas cosas... ¿la cultura? ¿la nacionalidad? ¿el idioma? ¿nuestros padres? ¿nuestra educación? ¿el sistema educativo? si, pero mucho más allá de todo eso, que sin duda nos marca, nos crea barreras, nos perfila nuestra personalidad y nos moldea nuestra visión de la vida, estamos nosotros, voluntariamente nos vamos creando a nosotros mismos. Las personas más cerradas de mente no evolucionarán casi a partir de esos mimbres, las personas más abiertas romperán algunas de sus barreras. Los genios, las personas más inteligentes y más inconformes son los que con sus pensamientos y actos marcan sendas que otros seguirán, básicamente porque no solo van más allá de lo que su sociedad los ha criado, sino que rompen con lo que hasta ese momento se había estipulado en un ámbito determinado, así que existe esa capacidad. La sociedad evoluciona (hay multitud de pruebas históricas de esto), y si lo hace es porque evolucionan los individuos, porque se crean las condiciones para pensar de modo distinto, porque existe más y más información sobre nosotros mismos y el mundo que nos rodea, porque sabemos más que nuestros padres y poco a poco inducimos ese conocimiento en nuestros descendientes.

¿Entonces tenemos libertad de elección o dependemos de la sociedad en que vivimos?. Si hablamos como humanidad, como masa, parece que tenemos poca capacidad de elección, vivimos según nos marca la sociedad en que estemos, y la sociedad cambia de manera muy lenta, a veces muy pocos cambios por generación humana. Si hablamos como individuo, si tenemos libertad de elección dentro de los límites que nosotros nos pongamos a nosotros mismos. ¿Qué la sociedad nos ha educado de otra manera? ¿que no podemos enfrentarnos a la nuestra sociedad? el completo libre albedrío es peligroso, pero es más una cuestión de mano izquierda que de otra cosa. Si la sociedad no está preparada para según que cosas, no podemos forzarla. Ideas revolucionarias no han podido cuajar en su época y se han visto claramente vigentes siglos mas tarde. Pero quizá no hay que ir tan lejos ni pensar con tanta solemnidad. Antes no tenías la facilidad de acceso a la información que hay ahora, con lo que cambiar de forma de pensar o buscar nuevas salidas a tus inquietudes era más complicado. Hoy en día, sin embargo, el único límite está en la capacidad de aprender, en la inquietud, en la curiosidad. Por muy influido que estés por tu entorno, existe la posibilidad de conocer como funcionan las cosas en entornos diferentes y de comparar con el tuyo. Las mujeres musulmanas que pueden van a la playa con bañador porque es lo normal en casi todas las sociedades que les rodean. Mientas, sus madres aguantan cubiertas y vigilan para que no se produzca ningún hecho que se salga de la decencia. A sus abuelas nunca se les hubiera pasado por la cabeza eso y sería claramente censurable y hubieran dado graves castigos a sus hijas. No existe una verdad absoluta, todo tiene sus partes buenas y sus partes malas. Hasta en los supermercados hemos desarrollado la capacidad de elección, cuando nos ponen 4 productos iguales que solo se diferencian en el prestigio de la marca, el precio y algún extra, y nos queda valorar si probar algo nuevo o quedarnos con lo de siempre.

La costumbre, la comodidad, los hábitos y la falta de estímulos induce al individuo a seguir los dictados de la sociedad. ¿Que alguien no siga las convenciones sociales lo convierte en alguien asocial? no, no deja de ser parte de la sociedad solo por no seguir a los demás en plan rebaño. Sigue siendo miembro de pleno derecho aunque piense torcido, se levanta cada mañana, se ducha, desayuna, se viste, se va a trabajar, vuelve a casa... que no salga a beber los fines de semana como hacen sus compañeros de trabajo no implica nada ni en su trabajo ni en su vida aparte de que pierde una forma de interactuar con sus iguales (pero sigue yendo a comprar al super, sigue yendo al parque a llevar a sus hijos... compensa unas cosas con otras). A quien solo le gusta la ópera y solo la de Wagner y solo cuando la cantante lleva cuernos no se le considera excluido de la sociedad aunque sea una minoría, del mismo modo que hay a quien solo le gusta la salsa o la música folclórica. El que coge la bici en lugar del metro... ¿es asocial? no, absolutamente no, ha elegido una forma alternativa de desplazamiento, quizá menos social en el sentido de que potencialmente tiene menos contacto con otras personas que en el metro, pero para nada asocial. ¿El que duerme en cartones es menos social que el que vive en una suite de lujo? igual el pobre mendigo habla todos los días con personas que sacan a pasear al perro y se acerca a comprar cosas al quiosco de la esquina, donde el quiosquero le pone al día. Igual el tío de la suite no habla con nadie y apenas deja mensajes para decirle a la gente del hotel qué es lo que quiere. Existe multitud de personas y todas hacen o dejan de hacer elecciones continuamente. Se puede debatir sobre si no elegir es una elección o solo es posponer lo inevitable de esa elección, esperar a que la vida nos solucione la papeleta o enfrentarnos a una encrucijada injusta. Para mi gusto vivir es saber hacer la elección correcta en cada momento. Si has llegado a un lugar donde no hay elección correcta es porque te has metido en un callejón sin salida y tienes que replantearte las cosas que te han llevado a ese lugar. Si simplemente te la pela todo y no quieres elegir es porque te importa una mierda todo, y sales huyendo de las cosas que te hacen sentir incómodo y de tomar las riendas de tu vida es porque dejas que lo que te rodea haga las elecciones por ti. El problema es pues, dejar que las convenciones sociales, la educación, el entorno, etc. y no tu mismo y tus propios pensamientos hagan esa elección. Porque cuando no la hacemos es porque tememos las implicaciones de nuestros actos, porque nos sentimos más cómodos sabiendo que otros asumirán nuestros errores en caso de no hacer nosotros nada. Y dejar de elegir pensando que esa es una elección termina convirtiéndose en paradoja. Entonces si que somos producto de nuestras sociedades y éstas nos han convertido en borregos. Entonces Aldous Huxley tenía razón cuando escribió su mundo feliz.


Después de todo esto... ¿merezco ser llamado sociólogo o psicógolo? para nada. ¿Filósofo quizá? para nada. ¿Acaso he estudiado algo para legitimar toda esta cantidad de afirmaciones? pues no. ¿Es incluso posible que haya abusado o usado mal terminología técnica? seguro. Hablo por hablar, cada uno tendrá sus opiniones, algunos estarán de acuerdo, otros en contra, a cierta gente le parecerá bien este párrafo pero pensará que en otro se me fue la bola y así. Y cada uno comentará y se debatirá y no pasará nada, todos saldremos ganando, incluso los catedráticos expertos en relaciones humanas y los expertos mundiales en dinámica de masas, aunque solo sea a nivel pedagógico intentando explicarme en qué cosas he metido la pata. Es simplemente porque en este país todos somos jueces, todos somos árbitros, todos somos políticos y todos hablamos de lo que no sabemos.

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