A menudo la vida nos atropella como un coche a una bolsa de plástico. Nos coge con las ruedas y nos da vueltas y vueltas y no nos podemos despegar, por mucho que lo intentemos, y el coche no tiene pinta de parar (o si lo hace, se para justo encima y tampoco deja salirnos de debajo). A menudo la vida nos hace dar vueltas hasta perder la noción de quienes somos y a donde vamos, no sabemos si luego caminamos por el sendero correcto o si nos desviamos de lo mareados que estamos. La vida es implacable y nosotros debemos ser más implacables todavía. Si no nos hacemos fuertes en nosotros mismos la vida nos arrastra, nos hace ser como no somos, hacer cosas que no hacemos, ir a sitios que no queremos y cerrarnos puertas y perder oportunidades que no queremos dejar marchar. La vida cada día nos pone a prueba y cada día debemos demostrarle que somos fuertes. Solo que a veces estamos tan cansados...
(aún así, cada vez que nos derribe debemos levantar y buscar nuestro sitio)
(aún así, cada vez que nos derribe debemos levantar y buscar nuestro sitio)
4 comentarios:
Creo que leí esto en el momento preciso :).
Cool, cool analogía. Bolsas de plástico we are. :P
Jejeje, me alegro de que te sirviera :)
Cuantísima razón, cielo... Besitos!!!
¿tu también piensas que somos bolsas de plástico? :P
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