Su abrazo era tan frío como él mismo. Tan frío como la muerte, aunque llevara una poderosa vitalidad dentro, la vitalidad que da la imaginación. Así era él. No sabía por qué aparentaba tanta frialdad pese a esa sonrisa perenne que adornaba su cara. Y yo una cría con cara de tonta sin saber muy bien que hacer en esos instantes... no entendía su actitud tan seria y distante en esos momentos. Y sin embargo era el mismo con el que reía y con el que tan bien me lo pasaba jugando en estos fríos días de duro invierno, al que había cubierto con mis ropas y al que había tratado con tanto cariño... ¿por qué tan frío? ¿quizá porque me iba a abandonar en cuanto el tiempo empezara a mejorar? está claro que solo me quería para pasar el invierno. Era un amor interesado.
domingo, 10 de enero de 2010
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8 comentarios:
¿de donde sacaste la inspiración?... a ver cuando vuelve el calor
pues de la imagen. Me la encontré y me surgió
(de la imagen y de no saber que postear, claro xD)
Uff qué mal rollo enamorarse de un muñeco de nieve! Qué efímero! Qué preocupación porque no se deshiele! Qué todo! jaja ;)
Y ya para intimar más ni te cuento xD
Al menos éste no engaña siendo cálido hasta el momento de irse, sino que es frío todo el rato... Al menos así se sabe a qué atenerse, oye... Besitos!!!
como mola el muñeco
Visto así... xD
mola mogollón ¿cuántos has hecho estos días?
ninguno :(, me fui de este pais y no pude hacer ninguno :(
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