Aún estás a tiempo de leerte toooodo esto para poder entender el relato, que se está alargando más de la cuenta: investigando el incendio de la casa de la mujer de rojo, carta desde la carcel de un detective desesperado, ¡A por la fotógrafa misteriosa!, Amigos, enemigos, confidentes, aliados..., Y el loro puso las cosas en su sitio, Dilema sobre el secuestrador enmascarado y La venganza de la becaria.
Espero que no se hayan quedado dormidos con este capítulo. Es lo que tienen los juicios... ¡se esperan algunas sorpresas para el próximo capítulo!
¡Orden, orden! ¡SILENCIO EN LA SALA! bien, eso está mejor. Una vez presentados los hechos, procedemos al comienzo de la sesión. ¿Están preparados el fiscal y el abogado? ¿están los testigos? ¿acusación particular?... bien bien. Que se levante el acusado.
El detective se levantó resignado de su asiento, mirando entre el público para ver si encontraba alguna cara conocida. Y si, había algunas, pero ninguna que estuviera dispuesta en ninguna circunstancia a ayudarlo.
Juez - Bien, siguendo con el curso del proceso, leeremos la lista de cargos de los que se le acusa. Allanamiento de morada, robo de coche, resistencia a la autoridad, amenazas a civiles, disturbios... además, también ha violado las condiciones de libertad condicional por sus anteriores delitos -sorprendido, el detective se miró el brazo para darse cuenta de que no tenía el brazalete... ¿donde lo habría perdido? recordaba haber entrado con el a la pajarería, pero no recordaba si al salir de allí aún lo llevaba o si se lo había quitado luego la mujer de rojo o la becaria-, incendio con agravante de haber puesto en serio peligro vidas humanas, además de varios informes de indisciplina de cuando estuvo en el cuerpo de policía, que si bien no pueden constar como delito, pueden ser causa de agravamiento por reincidencia como resistencia a la autoridad y diversas denuncias por sus pendencias debidas a la ingesta de bebidas alcoholicas por las que ya estuvo algún tiempo por la cárcel. Si los señores del jurado están de acuerdo, empezamos con el proceso. El acusado y los miembros del jurado pueden tomar asiento. Si su... ejem... señoría desea, puede comenzar a presentar cada una de las acusaciones. Cedo la palabra al... ¿señor? fiscal.
Un revoltijo de plumas verdes con una más que aparente mala leche surcó la distancia que le separaba de su asiento en la primera fila de la cámara hasta su sitio en el estrado.
Fiscal - (Grrr tanta formalidad me resbala, pero en fin, las cosas como son) Agradezco a su señoría señor juez la oportunidad que se me brinda. Quisiera empezar indicando el grave estado mental que tiene ESE sujeto.
Nunca un loro había señalado con un dedo de esa manera a nadie, lo que turbó al detective de una manera que en el resto de su vida nunca supo como describir... bueno si, algo más o menos como su turbia mirada de asesino.
Fiscal - Ese hombre lleva demasiado tiempo alejado de la realidad, supone una amenaza para nuestra población, para el estado y para todo el país. Se le ve en la cara que sería capaz de robar nuestros ahorros, raptar a nuestras mujeres y violar a nuestras niñas. No hace falta que recuerde que ahora mismo hay una denuncia por desaparición, y todas las papeletas las tiene el engendro que hay aquí sentado y...
Abogado de oficio - ¡Protesto señoría! ¡no hay ninguna prueba incriminatoria que indique esa posibilidad!
Juez - Se acepta la protesta. ¿El fiscal tiene algo que objetar?
Fiscal (relamiéndose el pico) - Aún no, pero se presentarán testigos de cargo y grabaciones de seguridad como pruebas cuando llegue el momento. Ejem, como iba diciendo, ese hombre es un peligro para nuestra sociedad, no solo por su desequilibrio mental y su probada adicción a ciertas drogas, tanto de las llamadas blandas como el alcohol como de las duras, ergo partimos de la base de un sujeto con problemas psicológicos evidentes.
Abogado - ¡Protesto señoría! ¡Mi defendido no toma ni ha tomado drogas duras, y su alcoholismo no ha mermado su capacidad psicológica. Las pruebas que le hemos hecho así lo demuestran y...
Fiscal - ¡Protesto! ¡las pruebas no son concluyentes! no se han cotejado con personal independiente.
Juez - Se aceptan las protestas. Tengo por aquí el informe que indica que alguno de los técnicos que se formaron parte de las pruebas era conocido del acusado. La vigilancia a la que se le ha sometido durante su temporada de libertad condicional ha impedido que entrara en contacto con los camellos de la zona; nos habríamos enterado. Por ese motivo las pruebas que se le realizaron no son concluyentes, pues en todo ese periodo no pudo drogarse, y por lo tanto los resultados fueron negativos. Señor fiscal, puede usted continuar.
Fiscal - Bien, prosigamos. Como iba diciendo estamos hablando de un sujeto peligroso, asocial, que ha perdido todo aquello que lo ligaba a la cordura, si es que en sus últimos meses con su mujer aún estaba cuerdo. Ese individuo tiene fama además de mujeriego. Aunque fue exonerado por falta de pruebas, es bastante lógico pensar que le prendiera fuego a la casa de la mujer de rojo por celos evidentes. Es bien sabido que ella lo recogía borracho de las calles cuando aún vivía con su marido (quenpazdescanse), y que dejó de hacerlo cuando su marido murió en aquel accidente de tren. Recordemos asímismo, que cuando lo cogimos se escapaba del lugar donde su mujer (y el marido de la mujer de rojo) falleció en el accidente de tren, síntoma sin duda de que aún sigue traumatizado por lo que le pasó. Recordemos también que antes de cogerlo, se le ha visto provocar algunos altercados, como el del periódico. Recordemos como se vengó destrozando el coche de la redactora jefa del periódico que evitó que agrediera a una subalterna, y no olvidemos que es esa chica la que ha desaparecido, lo cual para mi es una señal inequívoca. Si todos estos argumentos no apuntan claramente a una mente desequilibrada, señores del jurado, no sé bien qué podría hacerlo.
Todo el discurso del loro había sido hecho con una voz profunda, cargada de razón, de dramatismo. Dura como la justicia, pero a la vez cercana, incluso dulce. Ver a un ave gesticular, moverse y hablar con tanta devoción... daba la impresión de que defendía una causa de la que sería un crimen negar su validez. El loro había nacido para ser abogado... es más, había nacido para ser fiscal.
Abogado - Señor juez, señores del jurado, ruego que me disculpen, pero necesito aclarar un par de puntos que el señor fiscal ha querido pasar por alto por simple omisión o deliberadamente. Como todos sabemos, en ninguna de las cámaras de seguridad del periodico se ve al acusado robar dicho coche y...
Juez - Aún no ha llegado su turno. Su señoría el fiscal aún no ha terminado de exponer los hechos.
Fiscal - Empecemos. Allanamiento de morada. El acusado entró forzando la puerta a las instalaciones de la pajarería de la ciudad. Sabemos que está regentada por una persona cercana a la becaria desaparecida... ¿alguien del jurado duda qué hacía allí el acusado? ¿acaso no tenemos pruebas de testigos que aseguran haberlos visto? ¿acaso no se encontró en medio del campo, cerca de donde se inició la persecusión del acusado, la chaqueta que llevaba la becaria? ¿a que ahora el señor abogado no tiene defensa alguna para el acusado?
Abogado - ¡Protesto señoría! ¡el fiscal no proporcionó a la defensa acceso a esas pruebas!
Juez - Se acepta la protesta. Ahora la fiscalía debe aclarar por qué no se facilitó el acceso a las mismas.
Fiscal - Muy sencillo, porque son pruebas de última hora. No las hemos tenido preparadas hasta hace nada. La policía no quiso dárnoslas hasta haber revisado otra vez y por completo el lugar del crimen. Se esperaba encontrar alguna pista más, o incluso, y esto no se puede descartar teniendo en cuenta la catadura moral del acusado, el cadaver de la becaria. Por lo que hemos podido comprobar, quizá el acusado tenga algún cómplice, y queríamos cerrar esa línea de investigación con alguna conclusión satisfactoria. Así pues, rogamos al señor juez continuar con el juicio con toda normalidad, y si surgen nuevas pruebas de última hora las presentaremos gustosamente ante sus señorías antes de la próxmia sesión.
Juez - Un poco alejado de los parámetros habituales haber comenzado con el proceso judicial cuando aún hay líneas de investigación abiertas... aunque debido a la importancia de las acusaciones, podemos seguir con el resto del proceso obviando estos hasta que se haya completado con la labor policial.
Aquí las miradas del juez y del loro se cruzaron y saltaron chispas. Zarkas le tenía ganas sin duda al loro, y le buscaba las cosquillas cuando podía, pero no se atrevería a plantarle cara de manera más directa. Sabía que podía hacerle daño al loro, pero también sabía que quien peor acabaría sería él. El loro por otra parte, sabía que no podía desacerse del juez así como así, sabía que perdería demasiado poder e influencias si intentaba alejarlo, y seguiría siendo una molestia. Asesinarlo solo le supondría problemas, ese juez lo tenía todo demasiado bien atado, sin duda tenía alguna prueba que podría perjudicarle mucho. Además, su rectitud y justicia innatas, el que no fuera sobornable, que no pudiera aplicarle ninguno de sus métodos preferidos sin que el loro perdiera a su vez parte de lo que tanto le había costado ir ganando lo ponía de los nervios.
Fiscal - (Grrr) ejem... creo que no hace falta dar muchos datos sobre el robo del coche. Hemos visto los vídeos de la policía donde se mostraba cómo se resistió a la autoridad. Tenemos sus expedientes abiertos por los altercados que produjo. Tenemos testigos oculares. Tenemos pruebas documentales de agresión y coacción a civiles. Como se puede observar, la acusación está obviando deliberadamente los cargos anteriores del acusado, pues son harto conocidos por todos y no tenemos nada que aportar que no se sepa ya. Quizá sea tiempo de empezar a hacer pasar a los testigos.
Juez - No se adelante a la marcha del procedimiento. Ahora es tiempo para que la defensa pueda dar sus argumentos.
Abogado - Señoría, debido a las irregularidades que presenta la acusación, pedimos que se de un nuevo plazo para poder examinar las nuevas pruebas y preparar la defensa.
Fiscal - ¡Protesto! La defensa ha tenido acceso a todo el proceso policial al igual que la fiscalía. Las pruebas presentadas son nuevas para el procedimiento, pero no para la abogacía aquí presente. Tanto el señor abogado como yo mismo conocemos todas y cada una de esas pruebas desde hace días.
Juez - Sin embargo debido a las implicaciones del caso, que puede tener ramificaciones en diversos cuerpos del estado como pueden ser la policía, mi deber es que el procedimiento sea lo más limpio que sea posible. Si dejamos que el proceso se vicie con irregularidades, se podrían crear antecedentes peligrosos para el futuro. La sesión se suspende hasta mañana.
El loro voló hasta su sitio en la primera fila. Allí le estaba esperando Troglo, con algo de satisfacción oculta tras una máscara de preocupación. P.B. nunca había perdido un juicio; si bien este tampoco lo iba a perder, temía que la ira del loro, que odiaba al juez hasta el punto de poder llegar a cometer fallos que luego hicieran que volcase su enojo contra sus subordinados. No le disgustaría verle morder el polvo, pero su instinto de supervivencia le aconsejaba a ser más cauto de lo normal. Ni se le ocurrió comentarle al loro que el detective durante el juicio se había conseguido poner en contacto con alguien del jurado mediante señas; conocía cuando convenía no decir nada. Había sido un intercambio de señas muy sutil, imperceptible a ojos que no estuvieran bien entrenados. Por el estilo y la forma de los movimientos y gestos, parecía algún tipo de código como el que usaban algunos cuerpos especiales de la policía. Tendría que obtener el vídeo de la sesión e investigarlo más a fondo. Y tenía que hacerlo sin levantar las sospechas del loro. El detective ya había llamado su atención cuando le dijo que podía ayudarlo a ser califa en lugar del califa, y siempre se había planteado ponerse en contacto con éste de alguna manera para sacarle esa información. Quizá pudiera obtenerla sin necesidad de jugarse el cuello hasta el punto de entrevistarse directamente o mediante alguno de sus agentes con el detective. Una sonrisa mandarina cruzó por su rostro durante algunos milisegundos.
En la sala de control de seguridad, una figura vestida con un mono del servicio de limpieza que había seguido esta sesión del juicio con bastante expectación se cubrió la cabeza con una gorra de visera grande y se puso un bigote postizo que le cubría los labios. Comprobó gracias a las cámaras de seguridad que nadie venía por los pasillos aledaños y salió sin llamar la atención por la puerta. Momentos después, el vigilante de seguridad despertaba de un plácido sueño. Cuando se dio cuenta de que se había dormido en el trabajo, se alarmó durante un momento hasta que se dio cuenta de que no había pasado nada grave y que no había motivos de que preocuparse. Entonces se levantó, tiró la taza de café vacía a la papelera y se dijo a si mismo que esta vez tendría que ser café solo y bien cargado; la culpa la tuvo él por dejar que aquella mujer lo invitara a un café cortado, con el sueño que tenía. Café solo y cargado... ¡pero es que la mujer tenía un culo...!
Continuará en Sueños calientes, sábanas ardientes.
Espero que no se hayan quedado dormidos con este capítulo. Es lo que tienen los juicios... ¡se esperan algunas sorpresas para el próximo capítulo!
12 comentarios:
Lo has escenificado muy bien. Está muy emocionante!!! Quién sería la mujer del bigote??? uys qué nervios!
PD: Cómo no? seguimos hablando de culos. Drenas nos ha convertido en unos mosntruos, jajajaja.
Drenas es el rey midas de los culos...
Virgen santa cuanta letra. ¿No has pensado en poner algun culito entre tanta letra?
Tienes un regalito en mi blog
Salu2
Haberlo haylo neutrino :D
Bueno, pues na, me acabas de resolver la papeleta de qué colgar hoy en el blog XD ¡gracias por acordarte de un servidor!
Veo mal al detective, Mr.Blogger. Va de culo, je, je. Espero que la historia tenga un final feliz. Para mí, claro.
Saludos.
¿Pretendes triunfar sobre tu loro? se intentará, pero será difícil...
Es cierto, todo lo que toca se convierte en culo.
Al loro dejadle, que bastante tiene ya con la desaparición de su querida ahijada becaria.
Si, se le nota con ciertas ánsias de venganza mal reprimidas al loro...
Pero qué dices tú de ansias reprimidas. El loro se puede permitir tranquilamente no reprimir sus ansias de venganza. Mírale, si se está cebando con el pobre detective.
XDXDXDXD me refiero que se controla un poco porque tiene espectadores...
Cómo siempre llego tarde. Es que cuando arribo a casa arribo cansado y mo me apetece leer.
El detective lo tiene jodido, PB lo va a machacar jejejeje.
Por cierto, quien será la mujer del culazo?
PB lo tiene fácil, de todas maneras. Lo chungo va a ser salvar al detective de esta...
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