Pongámonos en antecedentes: unas obras dejan que una canalización de aguas negras contamine un depósito de agua potable. Se queda toda la región sin agua hasta nuevo aviso. Se reparte agua, se compra mucha agua embotellada, los que tienen aljibes donde almacenan el agua de la lluvia para riego la utilizan para aseo, etc. El caso es que toca usar el método de las abuelas de la palangana y bañarse por trozos. Con agua fría, por supuesto. Eso un sábado a las siete de la mañana.
¿Qué hago yo un sábado a las 7 despierto? prepararme para una excursión. Algún machote decidió que debíamos ir una hora antes porque si no no daba tiempo de hacer la ruta en el tiempo estipulado. He aquí la estimación del guía:
Como iba diciendo, todos llegamos bien al punto de partida, y ahora le tocaba a los conductores llevar los otros tres coches al punto de llegada y volver todos juntos en uno para la pateada, así que se queda un grupo visitando las casitas del pueblecito y los otros a chupar asfalto. Primer problema... por lo visto ese día hay un rallie y las carreteras están cortadas, así que hay que tomar un desvío bastante grande. Y estos tíos como que tardan mucho ¿no?... amos a llamarlos a ver. Uy, pero si aún acaban de llegar ahora, aún les queda la vuelta. Vaya por dios, qué cantidad de gente se está juntando para bajar el barranco. Un par de autobuses de alemanes, un grupo de gente entre los cuales se encuentran antiguos colegas de la facultad (siempre hay algún informático de pateadas... debe ser que los ordenadores estresan mucho). Vamos, que cogeremos cola también en la bajada seguro.
Total, son las 12 cuando comenzamos a caminar. Genial, a toda mecha para que no se escape el barco. No es de extrañar que ese recorrido de tres horas lo hayamos hecho en menos de dos... el grupo que se para a sacar fotos. El grupo de cabeza, que no se para, lo hace en hora y media. Y por último, el grupo de los que no suelen patear se pega casi las tres horas y apenas se da un chapuzón testimonial. Como era de esperar, los grupos de turistas hacen de tapón, así que esa marca puede ser rebajada. Si somos un pelín rápidos, sin tomárnoslo muy en serio y parándonos cada dos por tres a sacar fotos ibamos adelantando siempre que podíamos a todos los grupos que nos encontrábamos. Lo que hace tener hábito.
Como no podía ser todo tan fácil, el suspense mientras esperábamos a los últimos miembros solo podía ser superado cuando dos de éstos desaparecieron sin más, y no los volvimos a ver hasta que estuvimos en el muelle esperando al barco. Lo del barco fue otro cantar, un recorrido de 25 minutos se alarga lo indecible para ver delfines. Por lo visto, el mismo barco que hace la ruta de la playa de Masca a los Gigantes (hermosos acantilados) parece ser que lleva a los turistas a ver delfines, así que no nos queda otra que aguantar el resto del tiempo mienrtas el barco va hacia delante y detrás persiguiendo a los pobres cetaceos, y como hay movimientos de gente en el barco para seguirlos y fotografiarlos. Cansadillos están los pobres, pues no éramos el único barco en las cercanías. De la misma compañía, había otro cuando llegamos, y más tarde apareció un barco de recreo.
Llegamos, nos tomamos el helado de rigor y nos disponemos a marcharnos. La espera al menos tiene un punto positivo: se ha acabado el rallie, así que podemos coger la ruta corta. ¿Así de fácil? pues no. Congestiones. El primer coche sale sin problemas y el control policial lo deja pasar. El coche donde iba yo no. El agente nos dice que esperemos 5, 10, 15 o veteasaber minutos. Ante el panorama, decidimos volver al pueblo y comprar algo pa pasar el rato. Nada más irnos, el poli abre el control, solo pa joder. Al llegar, ya hay cola. Cinco personas. Un Cinquechento. Subida. Colas. Si metemos todo esto en el mismo saco, nos sale un calentón de cuidado. Si señó, tuvimos que pararnos y abrir el capó para que se refrigerara. Más adelante volvimos a parar y compramos agua en la gasolinera. No hace falta decir que el coche se merendó todo el bote. Afortunadamente, con estas paradas obligadas se fue desembotellando la carretera y no encontramos tanto tráfico y no se volvió a forzar el coche. Una vez llegado al destino, nos dividimos entre los dos coches. Ahora con tres personas el coche iba más holgadillo y llegó sin más problemas a casita, que recordemos que está al otro lado de la isla. En fin, que al final entre pitos y flautas llegamos prácticamente a las ocho. El estar en colas ha desarrollado en nosotros una reacción alérgica natural a los flipados del motor (bueno, ya había algo por ahí, esto solo hizo el efecto de ataque agudo) que dio lugar a algo como esto:
¿Qué hago yo un sábado a las 7 despierto? prepararme para una excursión. Algún machote decidió que debíamos ir una hora antes porque si no no daba tiempo de hacer la ruta en el tiempo estipulado. He aquí la estimación del guía:
Saliendo de la laguna a las 8:30 + 1 hora para llegar + 30 min para dejar un coche en origen y destino + 3 horas para bajar + 1 hora en la playa + 1 hora de barco (espera y viaje) + 30 min para ir a buscar coche arriba + 1 hora de vuelta + 1 de margen de error = 17:30 hora de vuelta (como muy tarde según creo).Suponiendo que salimos una hora antes, deberíamos ir sobraos. Así todo comienza bien. Empezamos el viaje. En coche nos deplazamos a la otra punta de la isla, y paramos por en medio para reagruparnos con más gente que también va a hacer la ruta y comprar los bocadillos de rigor y eso. Hasta ahí sin más novedad, siempre hay alguien que tarda un poquito en llegar y ese tipo de historias, pero todo entra dentro de lo razonable. Por el camino, un loqueta chiflado adelanta a los cuatro coches que terminan formando parte de la expedición en pleno tramo de curvas (quien no haya venido a canarias se lo explicaré de forma clara y contundente: aquí no pagaban por kilómetro de carretera, pagaban por curvas). Maldito loco, ni que fuera haciendo rallie. En fin, sin más novedad, llegamos al punto de partida de la expedición. Aquí nos dividimos, un coche se queda y tres siguen hasta el punto de destino. Luego uno de los tres vuelve con todos los chóferes, así hay dos coches para llevar a toda la gente cuando terminemos la excursión (Diez personas, 5 en cada coche) hasta los otros dos coches y volver luego a casita. Un follón, pero se barajó transporte público y se desechó la idea por requerir mucho más tiempo. Lo imprescindible era tardar poco, pues habían compromisos que atender por la tarde por parte de varios de los excursionistas. Ale, ya están los prolegómenos.
Como iba diciendo, todos llegamos bien al punto de partida, y ahora le tocaba a los conductores llevar los otros tres coches al punto de llegada y volver todos juntos en uno para la pateada, así que se queda un grupo visitando las casitas del pueblecito y los otros a chupar asfalto. Primer problema... por lo visto ese día hay un rallie y las carreteras están cortadas, así que hay que tomar un desvío bastante grande. Y estos tíos como que tardan mucho ¿no?... amos a llamarlos a ver. Uy, pero si aún acaban de llegar ahora, aún les queda la vuelta. Vaya por dios, qué cantidad de gente se está juntando para bajar el barranco. Un par de autobuses de alemanes, un grupo de gente entre los cuales se encuentran antiguos colegas de la facultad (siempre hay algún informático de pateadas... debe ser que los ordenadores estresan mucho). Vamos, que cogeremos cola también en la bajada seguro.
Total, son las 12 cuando comenzamos a caminar. Genial, a toda mecha para que no se escape el barco. No es de extrañar que ese recorrido de tres horas lo hayamos hecho en menos de dos... el grupo que se para a sacar fotos. El grupo de cabeza, que no se para, lo hace en hora y media. Y por último, el grupo de los que no suelen patear se pega casi las tres horas y apenas se da un chapuzón testimonial. Como era de esperar, los grupos de turistas hacen de tapón, así que esa marca puede ser rebajada. Si somos un pelín rápidos, sin tomárnoslo muy en serio y parándonos cada dos por tres a sacar fotos ibamos adelantando siempre que podíamos a todos los grupos que nos encontrábamos. Lo que hace tener hábito.
Como no podía ser todo tan fácil, el suspense mientras esperábamos a los últimos miembros solo podía ser superado cuando dos de éstos desaparecieron sin más, y no los volvimos a ver hasta que estuvimos en el muelle esperando al barco. Lo del barco fue otro cantar, un recorrido de 25 minutos se alarga lo indecible para ver delfines. Por lo visto, el mismo barco que hace la ruta de la playa de Masca a los Gigantes (hermosos acantilados) parece ser que lleva a los turistas a ver delfines, así que no nos queda otra que aguantar el resto del tiempo mienrtas el barco va hacia delante y detrás persiguiendo a los pobres cetaceos, y como hay movimientos de gente en el barco para seguirlos y fotografiarlos. Cansadillos están los pobres, pues no éramos el único barco en las cercanías. De la misma compañía, había otro cuando llegamos, y más tarde apareció un barco de recreo.
Llegamos, nos tomamos el helado de rigor y nos disponemos a marcharnos. La espera al menos tiene un punto positivo: se ha acabado el rallie, así que podemos coger la ruta corta. ¿Así de fácil? pues no. Congestiones. El primer coche sale sin problemas y el control policial lo deja pasar. El coche donde iba yo no. El agente nos dice que esperemos 5, 10, 15 o veteasaber minutos. Ante el panorama, decidimos volver al pueblo y comprar algo pa pasar el rato. Nada más irnos, el poli abre el control, solo pa joder. Al llegar, ya hay cola. Cinco personas. Un Cinquechento. Subida. Colas. Si metemos todo esto en el mismo saco, nos sale un calentón de cuidado. Si señó, tuvimos que pararnos y abrir el capó para que se refrigerara. Más adelante volvimos a parar y compramos agua en la gasolinera. No hace falta decir que el coche se merendó todo el bote. Afortunadamente, con estas paradas obligadas se fue desembotellando la carretera y no encontramos tanto tráfico y no se volvió a forzar el coche. Una vez llegado al destino, nos dividimos entre los dos coches. Ahora con tres personas el coche iba más holgadillo y llegó sin más problemas a casita, que recordemos que está al otro lado de la isla. En fin, que al final entre pitos y flautas llegamos prácticamente a las ocho. El estar en colas ha desarrollado en nosotros una reacción alérgica natural a los flipados del motor (bueno, ya había algo por ahí, esto solo hizo el efecto de ataque agudo) que dio lugar a algo como esto:
Veo que todos acabamos orgullosos de nuestros congéneres mientras subiamos en coche... y eso que ustedes no se volvieron a encontrar con el psicópata del coche negro...En fin, un saludable y apacible día de relax y eso.
Era tal cuál lo vivimos por la mañana... Cuando ya se el tráfico empezaba a despejarse un poco y por lo menos ya podíamos ir en segunda nos encontramos lo de siempre. El don o la doña con paso firme pero lento, con lo cuál se mantenía una carvana de 7 u 8 coches a la salida de (llamenlo como quieran). Entonces apareció. En el escaso margen que había entre el fiat en el que ibamos y el todoterreno de delante logró encajar el coche negro, el black bird o la puta que lo parió. Sólo que esta vez se jodió y se comió la cola como todo quisqui. Por mucho que desde detrás le animábamos a adelantar cuando venía uno de frente, el chaval no tuvo huevos de hacerlo. Además, se le vía nervioso, mirando contínuamente el retrovisor y cagándose en nosotros. Se ve que no le sentaba que nos rieramos de él...
3 comentarios:
Ya es el segundo post que escribes digno de aparecer en mi blog.
Después de haber conocido Tenerife y su maravilloso transporte público, entiendo ferpectamente cómo podía haber tanto coche por esas maravillosas carreteras. Lo que aún no entiendo muy bien es cómo hay canarios que tienen los santos cojones de conducir por el monte (porque, quitando las playas, ahí es todo monte) en modo kamikaze.
Levantarte a las 7 de la mañana para ir a caminar por el monte me parece respetable y hasta me apuntaría... Lo que yo no veo normal es levantarte a las 6 por obligación para aguantar a unos pavos que no soportas en un trabajo que últimamente sólo te aporta dolor de cabeza...
En fins... Qué mal repartido está el mundo XD Besos!!
Bueno, es que ultimamente me pasan más cosas... pues ha cambiado bastante en ciertas cosas desde que tu viniste la última vez. Pero la esencia es la misma :D
aysss que malucos que malucos... como yo pase por ese curro se van a cagar
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