El conde de montecristo narra la historia de alguien que inspirado por la rabia y la sed de venganza se sobrepone a su trágico pasado reciente y con una voluntad feroz, una determinación impropia de un humano y cegado por su idea de la justicia, armado con una fortuna oculta desde los tiempos de simbad y aleccionado e instruído por el abate Feria logra escapar de su prisión y mezclarse entre aquellos que provocaron su caída para desquitarse de todas las afrentas sufridas. Una persona hundida en la más profunda miseria física y emocional que consigue elevarse y adquirir fama y poder muy por encima de cualquier otro mortal de su tiempo y consumar sus más negros planes para con aquellos que estropearon su existencia. Más su furia incontrolada, disfrazada con muchas caras, intrigas y maquinaciones provoca un efecto colateral no previsto: su poder total y absoluto le ha corrompido hasta el punto de juzgar también a inocentes y a hacer daño sin medida a personas que no merecían tal castigo. De entre los supervivientes que no debían estar vivos surge entonces una persona decidida a purgar los excesos del conde, alguien que se alza con la mano de su padre muerto como símbolo de la impiedad y soberbia que quiere castigar, alguien con una determinación aún más fuerte que la de su rival y que lo conducirá de nuevo al punto de partida, un pecador acérrimo que ve ahí su oportunidad de redención, que se inmolará para conseguir nivelar la balanza. La mano del muerto es una historia de venganza como su antecesora y brillantísima novela, que intenta seguir la fórmula que hizo a ésta una de las más célebres de su autor y de su tiempo (y no olvidemos que estamos hablando del creador de D`Artagnan, especialista en hacer magníficas novelas de aventuras y épicas, o al menos algunos de sus negros), sin llegar a su nivel, pero resultando menos contundente e impactante. La redención y la verdadera justicia son los pilares de este libro, donde el autor va dando un lógico final a todos los personajes de la anterior novela, poniendo a cada uno en su sitio según sus méritos y deméritos, juzgando él a su vez a cada uno. Una lectura más que recomendable para este verano.
jueves, 14 de junio de 2012
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
0 comentarios:
Publicar un comentario