miércoles, 30 de abril de 2008

Curiosos vídeos musicales (y IX)

Chemical brothers - Star Guitar





Kasabian - shoot the runner




Shaggy - Bombastic (espero que no se me quejen, pero el anuncio es mucho mejor que el vídeo musical...)




New order - Blue Monday





Kosheen - Catch U





Pues estos son los cinco de hoy. Si quieres ver los anteriores capítulos de "curiosos vídeos musicales", aquí está la lista: I, II, III, IV, V, VI, VII, VIII.

martes, 29 de abril de 2008

Dilema sobre el secuestrador enmascarado

Si quieres entender algo de todo esto, deberías echarle un ojo a los capítulos anteriores de esta... ehm... uhm... lo que sea de ficción: investigando el incendio de la casa de la mujer de rojo, carta desde la carcel de un detective desesperado, ¡A por la fotógrafa misteriosa! y Amigos, enemigos, confidentes, aliados..., Y el loro puso las cosas en su sitio.

Me desperté a medias. Íbamos en aquel coche... no, ahora parecía una furgoneta. De hecho, me vino a la mente la imagen mental de la furgoneta de scooby doo, sobre todo por el enorme perro canelo (con topitos negros) que me había desvelado (no hay nada más eficaz que el contacto de una nariz fría, pringosa e inquisitiva para despertar a un ser humano). La persona que conducía resultó ser una chica, bastante guapa por cierto, y si bien no la conocía, ella parecía tener mucha familiaridad conmigo. Como fondo musical sonaba algo de rock sinfónico o progresivo de algún grupo que no supe distinguir, aunque me sonaba vagamente conocido. Entre las neblinas del despertar, con los sentidos aún reaccionando tórpemente a los estímulos del entorno, empecé a poner orden en mi situación actual. La canción que sonaba era owner of a lonely heart, y dio paso a otra que al parecer se titulaba sole survivor, muy apropiado para la situación. Estaba atado de manos y piernas, pero no parecía haber sufrido ninguna herida. Debía averiguar qué grado de enemistad tenía con aquella persona que parecía conocerme (a un amigo no se le salvaba la vida para luego dejarlo inconsciente atado de pies y manos), así que me atreví a preguntar.

-¿Quién eres?¿donde me llevas?¿por qué me has salvado?
-Así que ya te despertaste... debí haberte dado una dosis más elevada, nunca debiste de haberme visto la cara.
-¿y qué piensas hacer ahora al respecto?
-da igual, ya estás perdido- dijo guiándome un ojo con una sonrisa en la boca.

Y si, no sé muy bien como, pero ya estaba perdido; no podía dejar de mirar sus ojos (cuando se metía el perro delante dejaba de mirarla por fuerza, pero bueno).

-oye, necesito saber por qué
-pues porque no merecías morir... así
-¿quieres decir que debo morir de otra manera?
-quizá
-no me dices porque no quieres o porque no puedes
-no te digo porque en realidad eres tu el que no quieres o no puedes
-pero si no quiero saberlo ¿por qué te pregunto?
-por que la vida es complicada
-era más complicada cuando intentaban matarme
-ahora lo es más, porque tienes tiempo para pensar y darle vueltas a las cosas
-¿y tú donde encajas en todo esto?
-¿quieres saber qué papel juego en todo el lío este? ninguno. Solo soy la voz de tu subconsciente.
-¿qué quieres decir?
-Mírame... ¿qué ves?
-No he dejado de mirarte, pero no sé lo que veo. Lo que veo me confunde y a la vez me atrae. Eres mi enemiga, pero a la vez mi salvadora. Pienso gracias a ti, pero por tu culpa pienso. Tu belleza es ideal, casi platónica
-Vaya, veo que ya vas captando la idea
-Sin embargo no te pareces a nadie a quien haya amado antes pero a la vez tienes cosas de todas las personas que me han atraido.
-Y sin embargo soy inaccesible e inalcanzable para ti. Por eso es por lo que me deseas, eso es lo que te hace infeliz.
-si... pero ¿quién eres en realidad? ¿por qué te preocupas por mi?
-¿ya no te preocupa saber sobre lo tuyo que me haces preguntas sobre lo mío?
-necesito saber por qué nunca te habías preocupado por mi, hasta el punto de salvarme la vida hoy, pero sin embargo ahora me tienes atado aquí.
-Quizá porque hasta hace no demasiado tú mismo tampoco te preocupabas mucho por ti. No te dejaré escapar. Tengo otros planes, pero tú eres un colchón para mi, eres mi salvoconducto. Quiero escapar contigo, pero luego no sé lo que haré.
-¿lo haces simplemente por interés?
-quizá
-¿por qué no me dejas claro las cosas?
-por que no las tengo claras

En aquellos momentos terminó la canción y empezó otra que tenía por título roundabout, del mismo grupo al parecer.

-Estooo ¿cómo te llamas? ¿te gusta esa música?
-no me gusta esa música. Te gusta a ti. Soy tu subconsciente ¿recuerdas? mi nombre es el que tú me quieras poner
-¿Y si eres mi subconsciente por qué no tienes la forma de detective, fotógrafa misteriosa, becaria o mujer de rojo? ¿por qué ese cuerpo y esa cara?
-tú sabrás
-Oye, esto no encaja, no tiene sentido. Me centraré en lo que ahora me atañe. Me da igual el porqué me has salvado, pero si quiero saber a donde vamos y qué vas a hacer conmigo.
-¿no sabes a donde vamos? ¿no eres capaz de deducirlo? cualquier rincón alejado de P.B. debería ser "menos peligroso", así que vamos a un sitio relativamente seguro. Y contigo... no sé. Me siento bien contigo; me estás alegrando este viaje, pero quizá debería ponerte tenso de alguna manera. Debes estar alerta cuando despiertes.
-¿despertar?
-si. ¿Te crees que viajar en una furgoneta setentera en compañía del perro cobarde que veías por la tele durante tu infancia y de la chica de tus sueños es algo que ocurre normalmente?
-¿drogado?
-¿cómo si no?
-¿y por qué no veo a Daphne, a Shaggy y a los otros además de al perro? ¿por qué te veo a ti?
-y a mi que me cuentas, tú sabrás; solo soy tu subconsciente
-vaya... así que estoy delirando dentro de un coche, que me lleva a cualquier lado drogado por una sustancia extraña, secuestrado por alguien más extraño aún, y que extrañamente me acaba de salvar de la muerte decretada por ¡un loro!...
-pues aunque no te lo creas, todo es verdad, incluso lo del loro
-pues vaya, al menos con el tal Troglo como interlocutor tenía alguna posibilidad. Se parecía mucho más a los capos con los que he tratado, y su ánsia de poder me hubiera servido para hacerle caer. El loro es un ser repleto de maldad, tiene información como ya quisieran para si muchos de los que se dicen poderosos por ahí y tiene una inteligencia sobrehumana. Y además tiene a favor el factor sorpresa. Es normal que los matones que llegaran a la tienda con intenciones equivocadas acabaran fritos. No ven el peligro hasta que están muertos y cubiertos de plumas.
-aún la tienes, pero no te confíes; y no lo harás caer así como así, ni al director de operaciones ni al director general. Conténtate con poder librarte de la amenaza del loro. Pero veo que aún no te has dado cuenta del detalle principal, lo que ha motivado todo esto
-¿y es?
-quien te rescató. ¿Estás seguro de que no sabes quién fue?
-no... no no... un momento, ¡espera!

La canción había terminado y había empezado otra llamada Rythm of love. Empecé a recordar todos los detalles a partir del momento en el que entré al coche, el color de la tapicería, el diseño del interior, la figura enmascarada, sus ropajes, su forma... pero no era nada de eso lo que me había llamado tanto la atención cuando salté dentro del coche y me acomodé como pude. Era algo que embriagaba mis sentidos, que me recordaba algunos momentos de mi pasado, que me traía vagos recuerdos, pero no sabía determinarlo con exactitud. Mi mente daba vueltas de manera extraña. De repente recordé el nombre del grupo: Yes; la chica se fue desvaneciendo, el perro se convirtió en una rosa roja y el coche empezó a transformarse. Ahora había una masa de árboles y plantas. Y allí estaba yo, apoyado en una vieja encina, oculto a la vista de la carretera cercana, cerca de la naturaleza, tapado con una manta, y con una rosa cerca del rostro, despertando del sueño inducido por la droga.

Así que era eso, pensé cuando recobré el sentido del todo. El olor a lavanda que emanaba de la manta me embriagaba y me hacía recordar aquellos días en los que dormía la mona en el desván de la mujer de rojo, el mismo olor y las mismas mantas que antaño también me procuraron calor. El olor a lavanda era lo que me había llamado tanto la atención cuando entré en el coche, y me di cuenta de que en el fondo amaba a esa mujer porque en cierta manera me había ayudado a superar mis problemas y mi duro pasado. La mujer de rojo me había salvado y me había puesto en un lugar seguro, ahora no tenía ninguna duda. Bueno, tenía un montón... ¿por qué quería ayudarme? ¿ella tenía alguna prueba de que yo era inocente? ¿era que después de todo sentía algo por mi?. Me sentía confuso, pero debía recuperarme y seguir con la investigación. Ahora más que nunca necesitaba respuestas, y las iba a encontrar. Iba a investigar mi propio pasado, pues el bosque estaba cerca del puente que se había derrumbado. Ya lo decía algún proverbio chino o algo parecido: para conocer el mundo que te rodea primero tienes que conocerte a ti mismo.





Otro capítulo más, y (posiblemente) ya nos vamos acercando a la conclusión (o no) de todo este embrollo. Como siempre, estamos abiertos a cualquier sugerencia :D.

lunes, 28 de abril de 2008

Niña en pelotas

Pues como lo prometido es deuda, y como el nivel de este blog cada vez es más bajo y como nos hemos vendido y ya no somos un blog de culto sino uno comercial (y tirando a baratillo), hemos tenido que rendirnos a la evidencia y poner lo que la gente quiere ver en este tipo de sitios. Si, incluso así, este blog sigue decepcionando.





(Y no solo la niña está en pelotas, sino que disfruta estándolo).

domingo, 27 de abril de 2008

¡Extremadamente mono! (lemming de la semana)

Siguiendo con los lemmings temáticos, aquí llega este lemming extremadamente mono, que da ganas de abrazarlo, acariciarlo, carantoñarlo y todas esas cosas tan empalagosas como las que se pueden ver en estos vídeos pastelosos.


jueves, 24 de abril de 2008

Y el loro puso las cosas en su sitio

Pruébame blogger productions con la inestimable colaboración de Troglo Jones creations (¡gracias por todo crack!) se complace en presentar un nuevo capítulo del serial favorito de nuestros lectores (no tenemos otro, así que es el favorito si o si; si quieres empezar por el principio, léete esto antes: investigando el incendio de la casa de la mujer de rojo, carta desde la carcel de un detective desesperado, ¡A por la fotógrafa misteriosa! y Amigos, enemigos, confidentes, aliados...).

Cuando me desperté ya era por la tarde. Lo primero que hice fue salir desnudo de la cama, ir a ducharme y terminar cruzando el pasillo desnudo hasta la cocina. Puse un par de huevos y una salchicha (de bote) a freir en la sartén (en aceite ya refrito de varias comidas anteriores). No tenía ganas de hacer nada más elaborado, y la nevera estaba casi vacía, salvando un brick de leche posiblemente caducado, un bote de mermelada mohoso y unas latas de cerveza con los bordes semioxidados. Tenía que replantearme la vida, al menos ahora tenía algo por lo que vivir, aunque fuese la venganza o simplemente las ganas de sobrevivir a todo lo que se me venía encima. Tras merendar me puse a rastrear toda la casa. Ninguna huella. Nada. Solo aquellas fotocopias. ¿Quién querría jugarse el cuello por mi para ayudarme de esa manera?. Descarté a Zarkas; en el fondo era buena persona, pero no me lo imaginaba jugándose el cuello más de lo necesario, y menos por mi. Y después de nuestro encuentro, deduje que sabía mucho más de lo que quiso decirme y no quería involucrarse.

Salí a la calle; era una hora estupenda para encontrar a algún otro de mis contactos, suficientemente temprano como para no llamar la atención mezclados entre los transeuntes y suficientemente tarde como para empezar a preparar el terreno para sus correrías nocturnas. Hice valer mis influencias en tres conocidos que me encontré por el camino; todos fueron bastante remisos a hablar, pero me dieron suficientes pistas como para hacerme una idea de donde encontrar lo que estaba buscando. Me encaminé para allá, aunque sabía que me seguían desde que salí de casa. Suponía que mañana los tres soplones con los que hablé estarían misteriosamente muertos. Suponía que me dejarían entrar tranquilamente, incluso podría hablar con el tal Troglo; de hecho, por las pinceladas que me habían hecho de él, seguramente podría abandonar vivo la tienda, pero tendría que tener cuidado, pues desde que me alejara un poco vendrían a por mi. Tendría que esconder algún arma en algún sitio para cuando por la noche saliera poder defenderme. Entrar con armas a la tienda supondría mi muerte inmediata. Por lo que sabía, tendría que buscarme algún vehículo o robarlo y salir de la ciudad. Intentarían detenerme, por supuesto, pero confiaba en mi perícia como conductor. O incluso tomar un transporte público, pues se lo pensarían dos veces antes de cometer asesinatos en público que pudieran llamar la atención. Antes de llegar a la tienda me acerqué a una cabina de teléfonos e hice un par de llamadas. Esperaba que tampoco me dejaran en la estacada esta vez. Sin más preámbulos, volví a casa para preparar los últimos detalles.

Ya estaba delante de la guarida de Troglo. Las malas lenguas decían que era un hombre retorcido, pero astuto e inteligente. No se debía tomar a la ligera, pues tenía mucho poder en el barrio. Si deseaba sacarle información debía tener mucho cuidado de no irritarlo. Tenía que pensar que quería salir vivo de aquella, aunque solo fuera para poder tener alguna posibilidad de poder volver a jugarme el pellejo una vez fuera. También tendría que procurar no llamar demasiado su atención, pues aunque estaba seguro de que él estaba al tanto de mis movimientos, debía salir con la suficiente libertad de movimientos como para poder seguir investigando por mi cuenta. O sea, no podía quedar como un enemigo, sino como una molestia de la que se podía ocupar más adelante. Es una de las cosas que había aprendido tratando con capos. Si te ganabas su enemistad estabas muerto, si solo le resultabas incómodo, estarías muerto cuando el quisiera, pero no en el instante presente. La hora había llegado. Entré en la tienda. Era una tienda muy curiosa, con motivos orientales como dragones decorando las paredes. Siempre me había parecido raro que una tienda de aves tropicales no hubiese quebrado nunca en aquella ciudad. Ahora veía claramente la tapadera. Tenía razón Drenas al decir que había perdido mi olfato. Había aves por todas partes, en jaulas de diversos tipos o simplemente anilladas a soportes con una cierta libertad de movimiento. Pese a no ser ningún especialista en aves, por los tamaños y colores de las especies que conocía, conjeturé que todos los ejemplares debían ser hembras. Bien pensado, casi parecía un harén para pájaros. Deseché ese pensamiento de mi cabeza. Debía tenerla sobre los hombros y pensar con claridad.

Y de repente, entró por la puerta. Era el mismo tipo que me había denunciado a la policía. ¡Troglo era el hombre trajeado! ¿por qué querría incriminarme a mi? ¿qué ganaba con todo eso? ¿en qué oscuros intereses había interferido yo para habermela jugado de aquella manera?.


-¡Vaya, vaya! ¿A quién tenemos aquí? Bienvenido a mi humilde tienda, detective-san. ¡Je, je!

La sonrisa de aquel tipo daba escalofríos. Era una sonrisa falsa, de consultor, en un careto donde los ojos no sonreían nunca. No parecía en absoluto sorprendido de verme.

-Me alegra verte por aquí, detective. No recibimos muchas visitas últimamente, ¿sabes? Pero disculpa, soy un maleducado. ¿Te apetece una copa? Como puedes ver, estamos bien surtidos.

Al tiempo que hablaba, abrió la puerta de un mueble bar disimulado en aquella decoración oriental. ¡Cabrito!, tenía que saber en los abismos de alcohol que había caído. La boca se me hizo agua al ver las botellas. Estaba consiguiendo ponerme nervioso. Hice un esfuerzo para recuperar la compostura, y dije:

-Supongo que estoy hablando con el famoso Troglo Jones.
-Así me llaman, detective. No trates de parecer más idiota de lo que ya eres – dijo, mientras se servía un vaso hasta el borde de whisky – Y, por cierto, no se pronuncia “yons”, sino “jones”, para que rime con “director de operaciones”. Un capricho mío. En fin, amigo, me gusta ir al grano. ¿Qué se te ofrece? ¿Has venido a comprar un loro para que te haga compañía? ¿Te sientes sólo ahora que vuelves a ser soltero?

Tuve que hacer un verdadero esfuerzo de voluntad para no estrangularle allí mismo. Pero estaba seguro que no llegaría a acercarme. Todos aquellos loros, y ese silencio antinatural, en una tienda de loros. Estaba seguro de que allí había más trampas que en una película de chinos. Y aquel tipo estaba deseando que me metiera en una. No, tenía que ser más listo que él. Dije, con toda la calma de que fui capaz:

-Busco respuestas, Troglo.
-¡Qué frase más melodramática, amigo, de detective de película! Bueno, bueno. ¿No te importa que ponga algo de música mientras hablamos? – dijo, mientras recorría con el dedo el lomo de una inmensa fila de discos que había distribuidos por varios anaqueles a lo largo de toda la tienda - ¡Ajá, aquí está! ¿Te gusta Nina Simone? ¡Interesante mujer!

Simone. Aquel nombre lo sentí como un puñetazo en el hígado. Pero tenía que disimular mis flaquezas ante aquel tiparraco.

-“My baby just cares for me”. Hermosa, ¿no es cierto?

Aquella voz, aquella música. Estaba empezando a marearme. Y la música tuvo un extraño efecto. Los loros parecieron revivir. Empezaron a agitarse, muy despacio, como si fueran de juguete y los acabaran de enchufar. Pero seguían en un silencio absoluto. La sensación no podía ser más siniestra.

-Verás, detective, dices que buscas respuestas –dijo el tal Troglo mientras caminaba por la tienda y apoyaba su vaso en una especie de taburete– Pero aquí no trabajamos ese género, amigo, aquí sólo tenemos loros. Discúlpame un segundo, tengo que ir a la trastienda un momento. Pero, por favor, no te marches. Tu conversación es francamente amena.

Desapareció por una puerta que se cerraba con una de esas cortinas de abalorios que tienen los chinos. ¿Estaría tramando algo? No, había tenido oportunidad de matarme y no lo había hecho. Y tampoco lo haría en su propia tienda, si podía evitarlo.

Paseé mi mirada por la tienda. Nina Simone seguía sonando. Tenía la sensación de que todos los loros, en silencio absoluto, tenían sus ojos fijos sobre mí. Y entonces lo vi. En el taburete sobre el que Troglo había dejado su vaso, se había posado un loro. ¿Cómo había podido no oírlo? Era un loro descomunal, de unos 40 centímetros, verde, con la cabeza roja, como si llevara una capucha de verdugo. Aquel bicho no se movía un milímetro, y me miraba sin parpadear.

Ya sé que os parecerá una locura, pero os juro que si alguna vez he visto una mirada plena de absoluta maldad, ha sido en los ojos de ese loro. No podía apartar la vista de él. Estaba tan quieto, que pensé que tenía que estar disecado pero, ¿cómo había llegado al taburete?

-¿Tengo monos en la cara?

Por unos instantes, no pude reaccionar. ¿El loro había dicho eso? Esto no podía ser real. ¿Habrían echado alguna droga en el aire?

-¿Eres sordo? Pregunto que si tengo monos en la cara.

Y entonces, el loro se movió. Increíblemente, agarró con su garra derecha el vaso que había dejado allí Troglo Jones, y se lo llevó al pico, bebiendo un largo trago de whisky. ¿Qué tipo de pesadilla era esta? ¿Sería una grabación lo que se oía? No, no. ¡Ese cabrón de Troglo Jones era ventrílocuo, tenía que ser eso! Pero aquella mirada... no era natural en cierto sentido. Tampoco era artificial, ciertamente era un loro, pero no era la mirada de un loro. Ocultaba algo más, fría, calculadora, inteligente. Salí de mi estupor y dije:

-¿De qué va esto? ¿Quién se supone que eres tú?
-Bueno, querido –dijo el extravagante loro– Me han dado muchos nombres a lo largo de mi carrera, pero puedes llamarme P.B.
-¿P.B.?
-Para servirte. Me dicen que buscas respuestas pero, primero, déjame hacerte una pregunta. ¿Qué me impide liquidarte aquí mismo?
-Bueno. Es posible que sepa cosas. Cosas que podrían salir a la luz si desapareciera.
-Sí. Puedes saber, o puedes no saber. ¿Has visto que filosófico estoy hoy? ¿Sabes qué? Creo que voy a correr el riesgo.
-No lo creo, P.B. Porque podría saber algo acerca de un banco en Suiza. O algo sobre unas sierras y un accidente de tren. O sobre el robo de cierto saxofón. También podría no saberlo, P.B. Pero son demasiados cabos sueltos.

Nina Simone seguía cantando. Esta canción se llamaba “Stars”. A Elisa le encantaba. El loro parecía prestar más atención a la música que a mí.

-¡Vaya con el detective! Ni siquiera sabes lo que buscas. ¿Por qué no pones en orden tu casa antes de venir a dar por saco?
-¿Qué quieres decir con eso?
-¿A ti no te sorprende, pardillo, que tu mujer y el marido de... de la mujer de rojo fueran, casualmente, en el mismo tren?
-¿Qué quieres insinuar con eso?
-¿No eres tú el detective, capullazo? ¡Aquí nada ocurre por casualidad! En esta historia no hay inocentes, amigo. Y ahora, si me disculpas, se me está calentando el whisky. Ha sido un placer charlar contigo.
-Bueno, ¿y qué pinto yo en todo esto?
-¿no lo adivinas? en realidad no pintas nada. Eres una nulidad, eres un cero a la izquierda, eres los pulgares que no necesito, completamente prescindible, como siempre lo has sido. Y no intentes hacerte el importante a estas alturas. Y ahora como sé que no tienes nada interesante de que hablarme y como eres un hombre del montón, ergo eres incapaz de comprender las complejas sutilezas de mi suprema mente y el superior refinamiento de mis sentidos, será mejor que te marches de aquí. Quiero deleitarme con mi Nina sin interrupciones ni sandezes.

Puedo jurar, aunque pueda parecer loco, que aquel loro estaba... ¡sonriendo!, con esa sonrisa que solo puede esgrimir un duelista tras pronunciar con satisfacción la palabra "touché". Me iba a largar de vacío de allí, y además humillado, con el rabo entre las piernas. Aquella última frase, aquél último "mi Nina" me produjo un hondo desasosiego que no llegaba a entender. Me percaté de que en aquel momento, aquel pájaro de mal agüero había pulsado algún tipo de botón disimulado en el taburete. Y sabía que aquello anunciaba mi sentencia. Aquel bicho había decidido correr el riesgo a pesar de todo. Era un bicho endiabladamente inteligente; en algún lugar de la memoria me vinieron las palabras de Drenas que decían que nadie había visto al Don... jeje, casi me sentía privilegiado, o al menos si sobrevivía lo suficiente como para poder contarlo (si es que alguien estaba dispuesto a creerme), siempre que todo no hubiese sido porque al entrar me hubieran drogado o algo. No iban a hacerme nada allí pero, en cuanto pisara la calle, empezaría el baile.

-¿Ya se va, detective? ¡Qué lastima!

No me preguntéis como, pero Troglo estaba justo detrás de mí, abriendo la puerta de la tienda.

-Espero que haya disfrutado de su visita. Si ve a mi amigo Drenas, déle recuerdos. Y dígale que, donde menos se espera, salta la liebre.

El loro había metido la cabeza bajo el ala, y había vuelto a una inmovilidad absoluta. Intenté jugar una carta, a la desesperada.

-Adiós, Troglo. Supongo que cuando se ha sido director de operaciones, la única aspiración que le queda a uno es ser director general.

La luz de sus astutos ojillos de mandarín de los negocios sucios me hizo ver inmediatamente que me había cogido al vuelo.

-Claro, detective. Es una aspiración legítima para culminar una carrera. ¿A qué debo su amable interés? –dijo con aquella sonrisa y aquellos ojos que no sonreían nunca.
-Bueno, una cierta información puede dar a un hombre el empujón que necesita en su carrera. Aunque a veces se necesita algo de tiempo para poder obtenerla. ¿Es usted un hombre paciente, Troglo?

Observé como pensaba durante una décima de segundo, mientras dirigía una calculadora mirada al loro. Luego dijo:

-¡Ah, el tiempo! Es el lujo de nuestros días, ¿verdad, detective? Me temo que esa falta de tiempo es una enfermedad común, y poco se puede hacer. Como dijo Montesquieu: “Avec les temps, coichons”, o algo parecido. De todos modos, puede que gane algo de tiempo si, al salir de aquí, elige el camino de la derecha, en lugar del de la izquierda. De todas formas, yo que usted me daría prisa. Parece que va a llover.

Lo capté. A la izquierda estaba la parada de Metro, la dirección natural. Y, si la tomaba, probablemente me caería una caja fuerte en la cabeza, o me acribillarían antes de dar tres pasos. Me estaba diciendo que al salir, girará hacia la derecha y corriera cagando leches. Ya saliendo por la puerta aquel hombre enigmático susurró por lo bajo algunas palabras que me cayeron como una losa:

-Adiós, detective. Puede que nos volvamos a ver, aunque lo dudo.

Tenía sólo una oportunidad. Para mi disgusto, la recomendación de Troglo había arruinado en parte la planificación previa que había hecho antes de entrar, pero solo me quedaba confiar en su palabra. Salí de la tienda, amagué que me dirigía hacia la izquierda, me di la vuelta a toda velocidad y salí a escape. Inmediatamente, oí unas voces, y escuche como unos pasos empezaban a correr detrás de mí. Tenía algo de ventaja, pero no mucha. ¿Qué pasaba en este barrio, es que no había nadie por la calle? Seguí corriendo con todo lo que tenía, pero ya no estaba en forma como antes, sentía que me ganaban terreno. Y en ese momento, un coche negro se subió a la acera, y se me cruzó delante con gran chirrido de frenos. Se acabó, pensé. Pero, en ese momento, se abrió la puerta del copiloto, y el conductor -una persona con la cabeza cubierta con una capucha, y con una máscara en su rostro- me hizo gestos de que entrara.

No lo pensé, y me lancé de cabeza al coche. Chirriando ruedas salimos disparados a toda velocidad, y con frenesí dio vueltas al volante para hacer girar el coche a la derecha. Perfecto, me dije, como el coche llegó justo al yo dar la vuelta a una esquina, estaba seguro que los que me seguían no me habían visto subir en el. Estaba a salvo, por ahora. O no. Sólo en ese momento me di cuenta que no sabía quien conducía el coche, así que me giré para comprobarlo sin siquiera llegar a darme cuenta del todo de que la persona enmascarada que llevaba el coche me estaba rociando en la cara con un práctico somnifero en spray de la marca ACME. Mis últimos restos de conciencia me gritaban algo que no conseguía entender mientras me iba apagando poco a poco hasta que al fin todo terminó en un fundido en negro.





En fin, se ha hecho de rogar, pero solo porque Troglo es todo un caballero y esperó a que la becaria estuviese de vuelta y Mamen se hubiera recuperado de lo suyo para enviarme la mayor parte de trama y casi todos los diálogos de este episodio (le envié una base argumental y alguna cosa añadí yo después, pero el trabajo duro fue de él) y que así ellas no se perdieran ningún capítulo. Esperamos que esta colaboración les haya gustado tanto como me ha gustado a mi. Como siempre, desde aquí esperamos comentarios, críticas, líneas argumentales alternativas, tirones de orejas... lo que quieran aportar.

Fred Einaudi: Fascinación, ironía, erótica, iconoclastia.

En sus ilustraciones mantiene un equilibrio entre la luz y el color, resaltando los detalles con pronunciados contrastes, pero a la vez manteniendo un aspecto entre infantil y realista dentro de la fantasía de sus dibujos, lo que convierte sus pinturas en algo real e irreal al mismo tiempo.







En su obra juega con la vida, con la muerte, con el erotismo, usa fínamente la ironía para darle la vuelta a las cosas y burlarse de las escenas típicas de otros pintores e ilustradores, en fin, que usa un arma como la irreverencia con maestría.








Solo me resta volver a recordar que todas las ilustraciones que muestro en este blog son propiedad de sus autores (con todo lo que eso conlleva) y que pueden seguir disfrutando de este artista en su blog.

miércoles, 23 de abril de 2008

Floripondios

Por cortesía de Camerapeich ahí van más fotos, esta vez de flores:














Concurso de hoy: hay dos fotos que no son de Camerapeich, y hay una foto que no es una flor. A ver quien es el guapo que las adivina :D.

PD: Prometo que la próxima será de macetas ;)

martes, 22 de abril de 2008

Prometí a una amiga que le plagiaría una entrada

Si es que a la pobre le hacía ilusión. Fíjate que se llevó un chasco enorme al comprobar que no le había plagiado nada... en fin, ahí va :P

La vida es sueño

Yo sueño que estoy aquí
destas prisiones cargado
y soñé que en otro estado
más lisonjero me ví

¿qué es la vida? un frenesí
¿que es la vida? una ilusión
una sombra, una fricción
que el mayor bien es pequeño
que toda la vida es sueño
y los sueños, sueños son.

(Calderón de la Barca)


Y como estoy filosófico y poético a la vez, añado una segunda parte para que haya algo mío y tal:

Caminante, son tus huellas
el camino, y nada más,
caminante no hay camino
se hace camino al andar.
Al andar se hace camino
y al volver la vista atrás
se ve la senda que nunca
se ha de volver a pisar
Caminante no hay camino
sino estelas en la mar.

(Machado)



ejem, esto tampoco es mío, que conste. Me refería a aportar algo en lo que yo hubiese gastado algo de esfuerzo... (ejem Troglo, ¿cómo va eso? -si, eso, ya sabes- es que ya no me queda nada que poner y tengo que ir robando por ahí... si, ya sé, pero es que es menos triste pedil que de robal™).

lunes, 21 de abril de 2008

Curiosos vídeos musicales (y VIII)

Franz Ferdinard - Take me out






Basement jaxx - Where's your head at






Groove armada - Superstylin'






Roger Sanchez - You can't change me






The chemical brothers - The salmon dance





¿te gustó y quieres más? anteriores capítulos de al serie: I, II, III, IV, V, VI, VII.

domingo, 20 de abril de 2008

A esto se le llama romper el hielo

Pa que luego digan que el deporte es sano. Pa que luego digan que la competencia es sana. Pa que luego digan que el deporte de competición está tan reglado que es muy difícil hacer trampas para perjudicar a tus rivales. En fin.

sábado, 19 de abril de 2008

Lemming enviñetado (lemming de la semana)

Con todos ustedes, el increíble, el único, el original. Sin más dilación les presentamos:

El lemming enviñetado






... ejem... como decía, único, original... bueno, vale, tampoco tanto. Como el señor enviñetado no hay ninguno, pero es que me levanté algo vago esta mañana :D, y como ESE va a estar en el salón del comic de barcelona y no actualizará en unos días ya tenía el mono y todo (¡y no veas los follones para pintar al lemming de gris y meterlo en la viñeta!, que si tortura por aquí, que si derechos de los animales en peligro de autoextrinción por allá...).

jueves, 17 de abril de 2008

No estés triste

Esto va para la buena de Mamen, que estos días está atravesando por problemas personales (que no vienen al caso). Para ti algo de lo nuevo de Manolo García:


Lucha como siempre has luchado, sal adelante como siempre has hecho. Espero que estos balidos te animen en esta época dura que te ha tocado pasar. Desde este tu blog y los de todos tus amigos de la red esperamos que todo vaya lo mejor posible, que todo pase de la mejor de las maneras.

PD: Los demás también pueden, que son unos balidos preciosos :P

PPD: Y no, no es ovejo ni borrego, es oveja.

miércoles, 16 de abril de 2008

¿la gente es tonta o es tonta? (y II)

No sé si recordarán (los más veteranos) una entrada que pusimos por aquí hace un tiempito que nos hizo reflexionar acerca de la naturaleza de las personas. Pues aquí hay otro ejemplo que deberíamos tener en cuenta la próxima vez que intentemos darle un voto de confianza a la raza humana (pincha en la imagen para verlo en movimiento):




Lo vi en el blog de Scirius vulgaris y no pude resistir ponerl aquí :P.

martes, 15 de abril de 2008

Mark Bischel: líneas, perspectivas, volumen y profundidad

La forma con que este artista juega con las líneas para crear impacto visual, la forma en que juega con volúmenes y perspectivas, a menudo compaginando figuras lisas y simples en apariencia en algunos trabajos con otros llenos de fino detalle, unos con color y alegría y oscurantismo y monocromías en otros nos ofrece unas pinceladas de su versatilidad y su capacidad de mostrar elementos cotidianos de una forma llamativa.







La formas se integran en las ilustracionesde manera inusualmente brillante. En apariencia simples dibujos, pero con un detalle inusitado y un gran sentido de la apariencia, logra crear imágenes llenas de realismo pese a su apariencia poco convencional.












Visiten la página web de Mark Bischel.

lunes, 14 de abril de 2008

Felicidades! (lemmings de cumpleaños de la semana)

Pues eso... ¿cuantos tacos son ya? :P



sábado, 12 de abril de 2008

Analizados por Solo un blog (2.0)

Hemos sido recientemente analizados por Solo un blog, página generalista donde hace relativamente poco se le ocurrió la idea de realizar análisis de blogs. Desde aquí nos apuntamos rápidamente, pues siempre nos ha parecido una manera fantástica de mejorar cosas a las que no le damos importancia o de las que no nos percatamos (o que no cambiamos por vagancia, como el diseño :D), y la verdad es que estos análisis gratuitos resultan estupendos para eso. Y además hemos sido muy bien tratados, como pueden comprobar aquí, así que no nos podemos quejar (¡y menos tú, Camerapeich! :P). No sé si aún están a tiempo, pero quizá les interese apuntarse a la inniciativa Reviews por casi nada.

PD: En el dia de “tanto de tanto” este blog fue analizado por Solo un Blog con sus respectivas consecuencias; bajas en la cantidad de usuarios, depresión crónica del admin, etc, etc… :D

viernes, 11 de abril de 2008

Curiosos vídeos musicales (y VII)

Beck - Girl





The postal service - Such great heights (frío, robotizado, carente de sentimientos, pero con humanos de por medio siempre hay lugar para algo).





Simply red - Fake





Bassement Jaxx - Cish cash





Y la sorpresa de hoy, un curioso vídeo del timebomb de Beck hecha por un aficionado:






¿Más curiosos vídeos musicales? otros capítulos de al serie: I, II, III, IV, V, VI.

jueves, 10 de abril de 2008

Cumpliendo propósitos...

Pues eso, que en los comienzos del año, me propuse una serie de cosas. Hoy una se ha hecho realidad. Si, conseguí un enlace en el blog de Jotacé (experto en ensuciar las pobres mentes juveniles) gracias a esto:

Este es un toro normal y corriente (bueno, un toro con gorra... y un par de)


y esto es un toro de espaldas... ¿un toro?


Pues con esto se desayunan los niños todas las mañanas. No diré que marca de cacao es :D. Y claro, esto es la típica cosa que Jotacé no deja escapar. Aquí tienen la entrada en su blog.

Bueno, no encontré ESE anuncio de los toros, pero encontré este:





Nah, aquí está :D




Solucionando tus problemas con el mono

Noooononono, amigos adictos. Quizá la frase del título no sea la adecuada. Desde aquí nos referimos a que gracias al mono sulucionamos los problemas. Como muestra, los vídeos:





PD: Agradecer a mi prima I (que ha querido permanecer en el economato™) el envío de los vídeos (aunque yo haya finalmente tirado por una recopilación de todos ellos que encontré en tutube, en lugar de subirlos uno a uno).

miércoles, 9 de abril de 2008

Anuncio impactante (no apto para personas con imaginación)

Desde la Aurelíada les traemos este anuncio tan impactante:



En fin, creo que sobran las palabras.

lunes, 7 de abril de 2008

Amigos, enemigos, confidentes, aliados...

Si quieres enterarte de algo, deberías leer las entregas previas: investigando el incendio de la casa de la mujer de rojo, carta desde la carcel de un detective desesperado y ¡A por la fotógrafa misteriosa!.


Las revelaciones de la becaria no podían haberme causado más impresión. Necesitaba aclarar más de un punto, así que me dirigí directamente a ver a mi amigo el juez.

-Zarkas, amigo, sé que no debería pedirte más favores después del lío del que me sacaste, pero que necesito que me mires un par de cosas en el registro civil.
-¿En el registro? ¿En qué lío te vas a meter ahora?. Sabes que a la próxima no te perdonaré.
-Nesesito que me des unos datos sobre mi mujer.
-¿Sobre tu mujer?. Escucha, no sé que quieres sacar de todo esto, solo sé que desde que empezaste a beber no has vuelto a ser el mismo. No sé si debo confiar en ti, y como aún somos amigos sé que entenderás que no puedo hacer lo que me pides.
-No, te puedo asegurar que realmente necesito saber una cosa. Busca la información que tengas sobre Elisa Simone, por favor. Hay algo en todo esto que no me encaja, necesito algo de información.
-¡Tu esposa está muerta! ¿es que nunca lo vas a olvidar? ¡si la hubieras apoyado un poco y no hubieras empezado a ponerle los cuernos con la mujer de rojo!
-¡Nooo! ¡Tú no sabes nada! ¡Nunca hubo nada entre nosotros!
-¡Eso no es lo que se dice por ahí! ¡y no me fio de ti! ¡no eres el mismo! ya he hecho bastante por ti, ahora largo, ¡vete!. ¡Alguacil! ¡eche a este hombre!


De nuevo todo se volvía a enredar. Me quedaba sin amigos y sin apoyos, y no había avanzado nada. Solo me quedaban dos opciones. Una era ir a investigar por mi mismo, ahora que sabía que no contaba ni con la más mínima ayuda y podía jugárme el todo por el todo sin lamentarme luego. La otra, la más sensata, era averiguar qué había pasado con mis contactos y sacarles toda la información que pudiera. Como sabía de qué ralea eran todos, antes de gastar el poco tiempo que tenía en buscarlos, me dirigí directamente a la carcel. Seguro que al menos uno de ellos habría acabado cayendo por allí.

Me decepcionó profundamente no encontrar a algunos elementos (buenos informadores, pero que merecían las rejas), pero encontré algo interesante después de todo. Allí estaba Drenas; con el pelo algo más largo de lo que recordaba pero con la típica barba de dos semanas que siempre solía lucir. En realidad no era mala gente, pero la vida era dura y se limitaba a salir adelante. Era un tío sagaz e inteligente, si estaba allí alguien debía habérsela jugado o se había metido en algún lío gordo. Afortunadamente tenía algo por lo que él podía estar dispuesto a hablar. Aún llevaba una petaca sin estrenar dentro de la gabardina.

-Vaya vaya, si es el señor Drenas... ¿cuándo fue la última vez?
-Menos bromitas tío gris. Si estuviera ahí fuera no te cachondearías tanto.
-¡Eyeyeyey! relájate, no vengo a cachondearme de ti. Me refiero a cuando fue la última vez que te la jugaron. Tú no has acabado aquí porque te haya pescado la poli. Son demasiado tontos como para eso.- Ya está, había puesto las cartas encima de la mesa. Ahora solo falta que esté de buenas y se decida a hablar.
-Jejeje, parece que me conoces. ¿Cuándo fue tu última vez?
Vaya, con que ese es el jueguecito. Sabe más de lo que parece; tendré que andarme con cuidado... -Pues por lo visto no hace tanto; ¿llegan los periódicos hasta esta celda? pensaba que podías matar con folios en blanco.
-Si, eso dicen. ¿Tienes un folio a mano?.
-No, pero tengo algo que deseas.
-Uhmm... viniendo de ti... información no puede ser. Yo lo sé todo- y esbozó una cruel sonrisa - y si viniste aquí es porque es lo que estás buscando. ¿A sacarme? por lo que sé ya tienes bastantes problemas, y esa pulsera que llevas te delataría al instante. ¿Dinero? no lo necesito, sabes que fui yo el que robó la sucursal del banco suizo hace unos años. Si aún no me has delatado, es porque te soy útil, y porque sabes como yo que todo ese dinero es de ricachones que ni lo van a echar en falta. Sabes que aquí encerrado solo me queda un único vício. Y te diré que tus petacas no son suficientes para estarme jugando ahora el cuello hablando contigo.
-¿Jugándote el cuello? entonces te metiste en un lío gordo.
-Como siempre, tienes el doble de razón; te gusta tener siempre dos o más pruebas sobre algo para estar completamente seguro, y por la forma en que lo dices seguro que llegaste a esa conclusión racionalmente; parece que vuelves a recuperar tu olfato. Me la jugaron por meterme en un lío gordo. Sabes, fuiste un tío brillante. Te echaste a perder con tus problemas familiares, pero curiosamente ahora que ya no tienes de qué preocuparte se te ve más espabilado de nuevo.

Drenas tenía una cierta facilidad de hacer enojar a la gente; no solía mentir salvo para encubrir sus fechorías, pero sabía decir las verdades a la cara de una manera insultante, cruel. Se decía que había sido médico, que se había cansado de tratar a los pacientes porque eran estúpidos y había llegado a una situación en la que cualquier caso clínico era un juego de niños para él. Suplantaba con su genialidad su incapacidad física, pues padecía intensos dolores en una pierna que solo podía superar con un buen trago de wisky. Su figura era alta y esbelta, coronada por su inseparable bastón de cabezal extraíble, donde guardaba parte de su equipo. Y los polis se lo habían dejado entrar a la celda. Algo no encajaba, pues podía haberse escapado en cualquier momento de allí. Sin duda en realidad no quería hacerlo.

-¡Calla! ¿qué sabes tú de eso?
-Lo sé todo; tu no eres más que un alfeñique en un juego mucho mayor. Eres un simple peón y no sabes donde te estás metiendo. Se te avisó en varias ocasiones de que te estuvieras al margen, con sutiles indirectas que la mitad de las veces no conseguiste entender. Habías desmejorado mucho, si, solo había que verte. En tus buenos tiempos hubieras dado con el comienzo de la madeja mucho más pronto, lo que significa que has perdido más de lo que imaginas en todo este tiempo de dolor y amargura, pues se ve claramente que aún no tienes claro nada de lo que te rodea.
-Lo que tu digas. Ahora dime: ¿el accidente de mi mujer tiene algo que ver con algo que hice o que no hice?
-¡Tiene que ver con que estuvieras borracho la mayor parte del tiempo! fue una simple casualidad. Afortunadamente, eso logró lo que otros avisos no lograron.
-¿La muerte de Larry orejas?
-¿Ahora caes en la cuenta? ¿no te fijaste en la nota que tenía clavada con el puñal en el corazón?
-¿La de "mantente al margen"? ¡pensaba que era para él!... uhm... o sea, ¿el Don está detrás de todo esto? lo último que averigué de Larry es que el Don estaba haciendo sospechosos movimientos comerciales. No le di más importancia, todos los grandes capos lo hacen.
-¡Serás estúpido! ¡mucha gente se jugó la vida por haberse relacionado contigo! ¡hasta mi pellejo se puso en venta!. Ahora me dirás que simplemente estabas investigando otra cosa y fue casualidad que te vieran donde te vieron... joder, ya por aquel entonces no veías lo que tenías delante de tus propias narices.
-¿Debería entonces investigar la muerte de mi mujer también?
-¿Por qué nunca lo has hecho?

Se hizo un silencio pesado y agobiante. Tenía razón ¿por qué nunca lo había hecho? ¿tan abatido me había quedado tras su muerte? ¿el alcohol tuvo la culpa de todo o es que en realidad nunca quise?. Sin embargo, no podía tener razón...

-Y sin embargo, ella no murió. Yo la he visto varias veces estos días.
-Jaaaajajajaja ¡esa si que es buena!- Su risa se truncó de repente en una mirada seria y llena de odio y resentimiento -¡Nadie sobrevivió, me oyes, nadie!- gritó con todas sus fuerzas -al contrario que tú, yo fui como voluntario, si, lo oyes bien, como voluntario, a ayudar en las labores de rescate. ¡Nadie!. Hubo cuerpos que no se encontraron, pero te juro que los que se encontraron hablan por los otros. Habían familiares míos allí; los tuve que subir todos, uno por uno, por las pesadas cuestas, tuve que cavarles tumbas a cada uno, tuve que amenazar de muerte al cura, que no quería saber nada de mi. ¿Y aún sigues compadeciéndote de ti mismo? yo perdí mucho más que tú en aquello, y lo supe afrontar mejor que tú, y no te atrevas a decirme que no me importaban tanto como a ti tu mujer. Y que sepas que tú pudiste tener algo que ver en todo eso.
-Lo siento... yo... yo... ¿yo?.
-Si no tienes nada más que preguntar, dame la puta petaca y vete a cagar.
-Pero hay algo que no me encaja... ¿qué haces tú aún aquí? con el dinero que tienes podrías emigrar, huir.
-Me matarían en cuanto pusiera un pie fuera. ¿y sabes por qué? ¡por investigar! ¡solo quería saber quién estaba detrás de todo esto para poder vengarme! y ahora sé demasiado para poder moverme con libertad e intentar nada.
-Pues dime lo que sepas para poder terminar yo con todo esto!
-Jejeje... jeje... ¿tú? ¿terminar? ¡Ja! te diré una cosa, ni aunque volvieras a ser el de antes tendrías posibilidades. No son gente que deje que cualquiera vaya por ahí tocando los cojones, ellos trabajan a una escala mayor, no son estafadores, timadores, ladrones; ni si quiera son pequeños capos o cualquier otra cosa con lo que tú hayas podido tropezarte hasta ahora. Ellos no matan a no ser que sea estrictamente necesario, alarma demasiado. Pero tampoco dejan pistas; saben como hacer para presionar al que potencialmente puede irse de la lengua. Sus informadores no te dirán nada, si consigues encontrar alguno.
-Me da igual, tengo razones poderosas para hacerlo.
-¿Ah si? ¿un lío de faldas?... en fin, ¿Estarías tú dispuesto a jugarte el cuello como yo lo hice?
-¿Qué hago ahora aquí si no?. Estoy dispuesto a ayudarte a escapar a un lugar seguro.
-El único lugar seguro es este. Saben que mientras esté aquí no puedo interferir en sus planes, y créeme, no lo haré. Pero si sigues siendo tan tozudo como recuerdo, y eres capaz de arriesgarte, solo pienso decirte un nombre: Troglo.
-¿Troglo?
-Si, Troglo. No es el Don, ni yo mismo sé quien es, nadie parece saberlo. Troglo solo es uno de sus lugartenientes, pero podría interesarte. Las malas lenguas dicen que es ambicioso hasta la médula, y que quiere ser califa en lugar del califa. Podrías aprovecharte de eso, quizá puedas incluso negociar con él de alguna manera, acelerar su traición. Pero has de saber que ya estás marcado, desde que entraste aquí. Te seguirán e intentarán liquidarte. Con un poco de suerte, terminarás en alguna de estas jaulas y te volveré a ver. Me reiré mucho si te veo por aquí dentro, pero para disgusto mío, lo más seguro es que la palmes, así que joder, dame esa jodida botella de una jodida vez.
-Llegaré al final de todo esto.- dije dándole el objeto de su deseo.
-Todos llegamos al final tarde o temprano. Morirás, eso te lo puedo asegurar.- Ahora que tenía lo que quería, volvía a ser el tocahuevos de siempre.
-Yo también te quiero.
-No te esperaré levantado. Sé que te pasas la noche bebiendo y levantando faldas.
-Tu padre.

Como ya era de noche, me dirigí a mi casa. No había dormido desde hacía demasiado tiempo, y tenía demasiadas cosas en la cabeza. Abrí la puerta, me quité la chaqueta; la colgué con parsimonia en el perchero, así como mi sombrero. Cansado me adendré por el pasillo hasta la cama, revuelta y sin hacer desde hacía mucho. No la hacía, simplemnte me volvía a tender encima de las mismas sábanas y mantas arrugadas con la ropa puesta. Esta vez me propuse rehacerla antes; me quité la ropa y me duché. Hacía tanto tiempo que no seguía ese ritual y me resultó muy reconfortante y relajante. Salí desnudo y empecé a cruzar de nuevo el pasillo para llegar al dormitorio, cuando me percaté de una cosa en la que no me había fijado cuando entré en la casa. Allí, encima de la mesa del comedor había unas fotocopias. Antes de mirarlas, corrí por todas las habitaciones para saber si la persona que había dejado aquello seguía por allí, pero no encontré nada; luego buscaría si había dejado huellas por algún sitio, pues los papeles me intrigaban. Me quedé patidifuso al ver que eran copias del registro, y aún más al saber que Elisa tenía una hermana gemela. No sabía qué era lo que más me destrozaba de esa revelación, si el hecho de saber que su hermana quería hundirme por alguna oscura razón que no alcanzaba a comprender o el hecho de constatar que mi mujer estaba realmente muerta, pese a las ilusiones que me había hecho. Cerré con puertas y ventanas; estaba demasiado cansado para empezar a registrarlo todo, y la iluminación que aportaban las lámparas era insuficiente para buscar bien, pero en cuanto amaneciera debía revisarlo todo con la ayuda de la luz solar. Con esos pensamientos, no me percaté de cómo una sombra tras el cristal de una ventana se alejó escabuyéndose al amparo de la noche. La sombra tenía una sonrisa en la cara.





Bueno bueno, se va caldeando el asunto... ¿qué se trae entre manos Troglo? ¿conquistar el mundo? ¿quién le proporcionó la información al detective? ¿por qué? ¿qué cosas nos oculta la hermana de su esposa?... todo esto y mucho más en el próximo capítulo... ¡donde por fin el detective y el loro se verán las caras!.

Caminando por el monte

Partimos de aquí:


Valle

Montañas verdes

Detalle: brote tierno

Detrás de la curva

Bequeque

Internándonos en la espesura

Brezo

Recodo del camino

Árboles en la senda

Teide sobre el mar de nubes

Algunas fotos no tienen la calidad que a mi me gustaría, pero bueno. Espero que les haya gustado.

domingo, 6 de abril de 2008

La vuelta al mundo de Lemmie Fog (lemming de la semana)

Hace tiempo que prometí hacer un explorador, dando la vuelta al mundo y viviendo mil y una aventuras. Supongo que no pasará nada por que esté encarnado en un Lord lemming inglés apostador. Y además, lo he acompañado bastante bien, así que no debería tener ninguna queja. Solo queda decir que menos las caras, esta vez el dibujo ha sido calcado de los originales, con lo que mi único mérito ha sido el coloreado (prisas, escasez de ideas, comodidad...). En fin, espero que les guste.






PD: Premio para el que me encuentre las siete diferencias respecto a los originales.

sábado, 5 de abril de 2008

Curiosos videos musicales (y VI)

Eh! ¿se pensaban que esta semana no tocaba? pues aquí traemos más vídeos musicales de esos curiosos, divertidos, insólitos... con atmósfera, con una imaginería que los hace destacar, desenfadados o serios, pero todos ellos diferentes, buscando algo más allá de los típicos vídeos que estamos acostumbrados a ver en la tele.

Haddaway - What is love (versión de A night at the Roxbury)





Beck - E-pro





Linkin park - Breaking the habit






Muse - Sing for absolution






Franz Ferdinard - The dark of the matinée





¿Más curiosos vídeos musicales? otros capítulos de al serie: I, II, III, IV, V.

viernes, 4 de abril de 2008

10.000!

¡Hemos superado la barrera de las 10.000 páginas vistas! ¡Quien iba a pensarlo!. Como siempre, no tengo nada que ofrecer a mis lectores, salvo mi más profundo agradecimiento por leer las tonterías que pongo, que para mi ya es bastante. Iba a organizar una fiesta virtual, con música, canapés virtuales, champán virtual, camareros y camareras virtuales (y gogós en la sala virtual de al lado, que seguro que más de uno se apunta sin invitación solo por eso :P), pero la compañía de catering virtual no sabía cómo llegar a esta humilde página. Creo que lo dejaron todo por ahí desperdigado.

En todo este tiempo, dejaron cosas por el blog de Mamen (algunos de los cds de música... y una oveja ¿o era un cantante?), por los de Esther (en especial las servilletas aquellas que estaban decoradas con preciosas frases de filósofos famosos), el loro del Troglo se quedó con las gogós, Drenas aprovechó parte de los canapés para dar de comer a su mascota (¿cómo se llamaba?... es que lo tengo en la punta de la lengua pero no me sale :D), la becaria consiguió birlarles una agenda nuevecita, el señor enviñetado pudo meter unos bocatas dentro de su viñeta, los animales de extremadamente mono han puesto su cara más mona (¡y el enfermo que usa comida para adornar a los animales se ha puesto las botas!), algún camarero/a más ignorante de la cuenta ha acabado en la guarida secreta del trío calavera (el cuvric, el quinj y el dilan), zarkas se ha quedado con el equipo de música, Sor Tea no se ha quedado con nada, que pa algo es una monja (¡sigue con esos post espacio-temporales tan buenos! ¡y deméstrale al sr. Troglo que para viajar en el tiempo no hace falta alcohol!), el vinagre estaba repasando las tropocientas mil páginas que tiene en sus feeds y no se ha percatado del asunto, jotacé se ha quedado con algo con algo que parece una Po** pero en realidad era una botella de buen cava (¡mente limpia, mente limpia!)... en fin, que no sé si me olvido de alguno de los sitios por donde se me suele encontrar normalmente, ya iré editando convenientemente si alguno se me ha escapado. Pero claro, también paso por un montón más de sitios y conozco a un montón de gente a los que también tengo que agradecer que yo siga por aquí y todo eso. En fin, que no vamos a tener fiesta, pero me alegra que haya quedado algo de ella en cada uno de ustedes, blogs que leo y personas que me leen.

jueves, 3 de abril de 2008

Dibujos pastelosos

Con marcada estética ánime, hoy les presentamos una evolución de un dibujo clásico de la Warner de toda la vida como es Pepe Le Pew (creado por el insigne Chuck Jones). Estas dos animaciones "pastelosas". Aun siendo vídeos divertidos, ingeniosos y muy bien animados, aviso que no son aptos para todas las personas, no por cuestión de edad, sino porque pueden llegar a ser realmente empalagosos...


There she is!:




Cake dance:




Gracias a Lord Rafa (y a su Lordesa :P) por enviarme los enlaces!.

miércoles, 2 de abril de 2008

¡A por la fotógrafa misteriosa!

Antecedentes: investigando el incendio de la casa de la mujer de rojo y carta desde la carcel de un detective desesperado.

¿Por dónde empezar? ¿qué hacer? la mente del detective intentaba terminar de aclararse, mientras la profesionalidad de su persona iba abriéndose paso poco a poco entre su sueño etílico. Tenía que ordenar su mente, pensar con lucidez. No podía desechar ninguna pista ni ningún sospechoso; sabía que no se podía permitir seguir pistas falsas, pero también tenía que reconocer que ahora mismo no tenía nada sólido que seguir. Y en cuanto a los sospechosos... ¿tenía motivos la propia mujer de rojo? ¿qué pintaba la fotógrafa de las gafas oscuras? peor aún... ¿por qué le resultaba tan familiar y por qué escribía lo que escribía en el periódico? ¿quién era y qué intereses tenía el hombre trajeado?. Y lo peor de todo, la duda también le corroía desde dentro pues podía ser él mismo, ébrio sin control ni esperanza, el que prendiera el fuego.

Rápidamente deseché todo lo que estaba pensando. No tenía nada sólido y hacer conjeturas sobre el vacío no servía para nada. Como desconocía quién era el hombre del traje y no se vio con valor y moral suficientes como para buscar y hablar con la mujer de rojo, y sabía que ir a la casa quemada solo le iba a traer problemas y debía ser el último sitio en visitar, opté por lo más fácil y me encaminé hacia la redacción del periódico. Pensé en hacer el trayecto a pie, como solía cuando tenía algún caso, pero al contrario que otras veces, esta vez no quería pensar, no necesitaba darle más vueltas al asunto, y el trecho a pie era bastante largo. Decidí tomar un taxi. En la parada solo había una chica que tenía pinta de ser bastante maja. Debía ser periodista; mi instinto de detective nunca fallaba para esas cosas. Bueno, ni mi instinto ni el cuaderno para tomar notas, el bolígrafo mordisqueado, la cámara réflex y el estuche con los teleobjetivos.

Al punto la reconocí como una de las que estaban sacando fotos cuando me detuvieron y empecé a hablar con ella para intentar sonsacar algo. En realidad estaba esperando a un amigo redactor de la agencia que tenía que pasar por allí. Se la veía irritada y de bastante mal humor porque llegaba tarde con el material fotográfico que traía y la redactora jefa era muy irascible; no quería echar a perder su oportunidad para tener la primera portada de su vida. Entre su estado de ánimo, la reserva natural inherente a los periodistas y que en ese momento llegó el coche de su amigo, no me dio tiempo de profundizar en mis inquisisiones. Para sorpresa de la chica y regocijo mío, que podría acosarla (con preguntas) un rato más, el coche estaba lleno... por una sola persona. Por lo visto era la embajadora de Chiquitistán, una rubia con una masa imponente que vestía una camisa de flores bastante cutre (y algunos encajes que tampoco terminaban de arreglar las cosas). Tras excusarse por ser una persona eminente e importante, el amigo se fue con el coche, dejandola tirada. Sin embargo, cuando iba a preguntarle sobre su reportaje de portada, llegó un taxi, que la chica tomó brusca y repentinamente y se fueron a toda mecha; ¡me llebavan todos los diablos! debí haberle dicho a la periodista que también iba para la redacción. Pero la suerte me sonreía, ahí venía otro taxi... o no. Estaba lleno. Personajes famosos, para más inri. Bastante pasta debían ganar estifen quinj, estanli cuvric y vov dilan como para ir en jet privado, barco de recreo o limusina, como para encima quitarle el taxi a alguien que realmente lo necesitaba. Y además, al contrario de la fama que arrastraban, tenían unas caras de ignorantes que no podían con ellas. ¡Ja! ¡falta de ignorancia! pensé para mi mismo con una mueca en rostro. En fin, me serené caminando hasta la parada del autobús, que estaba apunto de pasar.


Mi viaje en el autobús fue bastante malo. Estaban todos los sitios ocupados y el resto lleno de gente de pie y resultaba bastante incómodo viajar. Como pude me acerqué a un pequeño hueco que había cerca de una de las ventanillas que daban al exterior. Ver el paisaje me distraía. Cual fue mi sorpresa cuando por un instante fugaz la vi. No estaba realmente seguro y mis movimientos para poder seguir la estela de su coche resultaron entorpecidos por la gente, con lo que me gané algún codazo y malas miradas por parte del pasaje que tenía a mi alrededor. Juraría que era la fotógrafa de las gafas negras, escapándose de la redacción del periodico o de algún callejón de los que habían por cerca. Una duda cada vez más sólida me asaltaba cada vez que recordaba los rasgos físicos de esa mujer, y eso no me dejaba pensar adecuadamente; una descarga recorrió mi espalda como un escalofrío cuando la imaginé cubierta de sudor moviéndose siguiendo el ritmo de una pasión compartida. No entiendo por qué ese pensamiento acudió en ese preciso instante. Solo sé que de alguna manera ese cuerpo fino y atlético ya lo había sentido con anterioridad. Y siempre asociado al color negro. Pelo negro, gafas negras, ojos negros, pezones oscuros, casi negros, bragas negras. ¿Por qué? era otro misterio que tenía que resolver.

Al llegar lo primero que hice fue preguntar por ella, incluso adentrándome por la redacción. Como suponía, se acababa de ir. Desesperado, buscaba con la mirada algo, cualquier cosa que me pudiera servir. Y entonces la vi a ella, caminando con prisas hacia la máquina del café. Debía ser una becaria con aspiraciones; lo de conseguir la portada se ve que era realmente importante para ella, pues por lo que se veía iba a llevarle el artículo junto al café a la redactora jefa (y si mi instinto no me engañaba, había puesto algún compuesto relajante o sedante mientras la máquina rellenaba el vaso de plástico con el líquido).

Me acerqué a ella poco a poco y cautelosamente, sin llamar la atención de ella ni de los demás. La máquina estaba en un rincón apartado, cerca de la puerta del despacho del director, y allí podría interrogarla sin demasiado jaleo. La puerta del despacho estaba cerrada, y dentro estaban de risas y fiestas, así que como por fuera no había mucha gente pensé que mejor oportunidad no iba a tener en la vida. En un descuido de ella le robé el café de la máquina. Ella se volvió sorprendida y con la cara asustada, momento en el que aproveché para mirarla sériamente a la cara y pegarla a la máquina con uno de mis brazos.

- Oye, no quiero hacerte daño, no te asustes. ¡Tranquila!, no pienso robarte el café, solo quiero hacerte unas preguntas.- La chica forcejeaba más de lo que yo esperaba, por lo que tuve que aplicarme para sujetarla sin derramarme el café encima.
- ¡Guarro machista! ¡qué te has creído! ¡me sigues desde la parada! ¿¡te pensabas que no me había dado cuenta de cómo me mirabas las tetas!?
- ¡eh! tranquila, ¡no voy por ahí!. Solo quiero hacerte algunas preguntas, nada más...
- Tengo asuntos urgentes que terminar, así que déjame marchar o empezaré a gritar.

En ese momento me acordé que no podía meter la pata, al fin y al cabo estaba fuera de la carcel por un favor personal. Así que decidí jugarme el todo por el todo para intentar hacer que cooperara de la manera más silenciosa posible; coaccionandola, por supuesto.

-Mira niña, tengo una taza de café y no dudaré en usarla; si no te tranquilizas y hablas sosegadamente conmigo (serán solo cinco minutos, nada más) no dudaré en manchar esa carpeta que tanto proteges. Ahora no opongas resistencia, que no te voy a hacer nada, y dime: ¿quién es la fotógrafa de las gafas oscuras? ¡te he visto fotografiándome con ella y escribe artículos para este periodico!.

Ante mi generosa oferta de paz (y la cara de perro con la que estaba haciéndola cooperar y que tan efectiva me resultaba), la pobre se derrumbó. Quizá había leído alguno de los artículos difamatorios que había firmado la otra y ahora se estaba dando cuenta de con quien estaba tratando en realidad, con lo que seguramente llegó a la conclusión de que era mejor seguirme el juego... ¿quién iba a pensar que un poco de mala fama podía resultar tan útil en algunos momentos?

-Vale, está bien... no me hará daño ¿no?... bueno yo... ella... ella en realidad no trabaja aquí.
-¿Cómo?- dije estupefacto.
-Pues que no trabaja aquí, es una freelance. Llegó hace unos meses, y como traía artículos buenos que vendían mucho decidieron pagarle por ellos, eso es todo lo que sé de ella. Apenas habla con el resto, solo con la redactora jefe y con el director.
-¿Y cómo se llama? ¿dónde vive? ¿por qué la tiene cogida conmigo?- dije mientras la sacudía.
-No lo sé- dijo casi sollozando -solo sé que llega cuando quiere en su coche, y se vá con las mismas. ¡Hoy ni siquiera ha entrado a la redacción! ¡la redactora me ha dado todo el trabajo que tenía que hacer ella a mi!.- aquí rozaba la histeria, con lo que aflojé la presa e intenté calmarla para que pudiera seguir- Los artículos que escribe son casi todos de usted, escribe con mucha acritud, como si le hubiese hecho un daño irreparable (no me extraña, con lo bruto que es el peazo animal de bellota machista este), lo sé por que tengo que corregírselos y maquetarlos. Los firma bajo el pseudónimo N. Simone, pero dudo que ninguno sea su nombre real. ¡Eh! ¿!me puedes soltar ya!?

Llegados a este punto, en mi cara se había dibujado una expresión de incredulidad y de aprehensión... ¡mi mujer se apellidaba Simone!... Elisa Simone. Mi mente se había quedado en blanco; necesitaba hacerle más preguntas, reaccionar, hacer algo, cualquier cosa. Sin embargo lo que pasó fue que de repente y con fuerza se abrió la puerta del despacho de dirección, que me golpeó. A partir de ahí todo pasó como a cámara lenta. El vaso de café, aún bastante caliente, salió despedido inevitablemente hacia la becaria. Esta observó cada vez más aterrorizada como el líquido marrón rompía como una ola contra un acantilado, desparramándose por toda la superficie del trabajo que le había llevado toda la mañana y que podía constituir un pasaporte a un contrato y una vida de verdad. Le salió un grito desesperado de la garganta, a medias por el dolor físico de las quemaduras y por el dolor psicológico de llegar a la conclusión de que irremediablemente sería una becaria pringada el resto de su vida. Se sintió desfallecer y mientras caía al suelo observó salir a una muy amplia silueta que salía del despacho del director. Tenía el pelo rubio y un traje de flores (bastante cutres, y con unos encajes horrorosos). Medio mareada, se trató de incorporar. Las cosas seguían sucediendo a cámara lenta. La redactora jefe, atraida por los gritos -que seguramente la hicieron salir de su despacho, donde como siempre estaría jugando al corazones o al tetris-, chillaba al detective macarra, el director se excusaba... con la rubia tonta y la señora de la limpieza intentaba borrar las manchas de café que parecía que habían volado hacia los lugares más recónditos de la redacción. Cuando consiguió levantarse, ya habían conseguido echar al detective. Vacilante llegó a la mesa donde reposaba su portada. Mirándola con buenos ojos, no se había estropeado demasiado. La balleta absorvente que le había pasado por encima la señora de la limpieza había hecho que la tinta y el café se corrieran en todas las direcciones. Desanimada, sacó fuerzas de flaqueza y se atrevió a hablarle a la jefa.

-Yo... estooo... estaré trabajando hasta por la noche para tener la portada a punto para la imprenta. No se preocupe, lo tendrá listo jejeje, al fin y al cabo, lo más difícil era hacerla, ahora solo es repetir el trabajo jejeje....
-¿PORTADA? ¿QUÉ PORTADA?

Uno piensa que una cara de desesperación no puede empeorar, pero el cuerpo humano no tiene límites. Y la cara desencajada de la pobre becaria ciertamente lo hizo.

-pupupues la portada en la que llevo trabajando toda la mañana y el artículo de opinión al que llevo toda la semana dando vueltas, el trabajo del señor Martinez, que me tocó a mi por estar él de baja...
-¡PERO SI ESO LO CAMBIAMOS HACE TRES DÍAS! ¡LA PORTADA ES PARA LA EMBAJADORA DE CHIQUITISTAN, QUE VA A DONAR ALGUNOS DE SUS MILLONES PARA LA FUNDACIÓN "SALVAR LAS PIELES DE LAS FOCAS"! ¿¡COMO ES POSIBLE QUE HAYAS ESTADO TIRANDO TU TIEMPO EN TONTERÍAS!? ¡SEGURO QUE NI HAS MIRADO LA CARPETA CON LAS COSAS QUE TENÍAS QUE HABER TENIDO PARA AYER QUE TE DEJÉ ENCIMA DE LA MESA!
-¿cosas... cosas para ayer? ¡en mi mesa no había ninguna carpeta!

El resto que recordó la becaria de aquella tarde fue cómo el mundo se volvió negro y el sonido se volvió cada vez más tenue hasta desaparecer. Lo siguiente fue a una redactora con muy mala leche pero con una amplia cara de satisfacción y felicidad, disfrutando del momento de darle tortas a una subordinada de manera prácticamente legal para despertarla. Desde ese momento, juró que su vida tendría que cambiar fuera como fuera. Algún día el detective, la redactora jefe y la rubia tonta se iban a enterar de lo que valía un peine. Y no uno de un todo a cien precisamente.




En fin, aquí acaba otro capítulo más. En los próximos prometemos más acción, más intriga, más suspense... pues al detective le toca visitar al loro (iba a poner esa visita en esta parte del relato, pero se alargó un poco). ¿Se despejará alguna de las incógnitas que nos vienen mortificando cruelmente? ¿Sabremos quién es en realidad N. Simone? ¿qué ha sido de la mujer de rojo? ¿qué traman el hombre trajeado? ¿qué pinta el loro en todo esto? ¿cómo llevará a cabo su venganza la becaria? y por último y no menos importante... ¿qué esconde el oscuro pasado del detective?.
 

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